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El mundo de los dispositivos móviles es más complejo que el de los ordenadores. Existen muchas más plataformas, casi tantas como modelos. Los sistemas operativos son mucho más numerosos, y las interfaces varí­an según el fabricante. Incluso, los operadores móviles introducen sus propias modificaciones. En este contexto, el desarrollo de aplicaciones web para teléfonos móviles resulta complejo.

Para unificar criterios, el consorcio W3C (World Wide Web Consortium) acaba de publicar una serie de recomendaciones dirigidas a desarrolladores y a proveedores de contenidos. El objetivo es ofrecer consejos prácticos que permitan desarrollar aplicaciones web para móviles que sean interoperables con el máximo de plataformas. De hecho, una aplicación web móvil bien diseñada no sólo funciona con teléfonos móviles, sino con cualquier clase de dispositivo.

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Las recomendaciones del W3C para desarrollar aplicaciones dinámicas y de calidad para la web móvil comienzan con la máxima de diseñar aplicaciones flexibles. El entorno web es muy cambiante y, si la aplicación es flexible, llegará a más usuarios y dispositivos con un coste reducido. Por ejemplo, conviene asegurarse de que el texto se adapta a la pantalla y, si es posible, es mejor crear una versión que no dependa de JavaScript.

Siempre hay que recordar los principios del diseño web; al fin y al cabo, los teléfonos móviles son una de las muchas ví­as para acceder a la web. Es aconsejable realizar una copia de los datos locales y verificar que es posible sincronizar los distintos dispositivos del usuario. También es buena idea asignar identificadores a los distintos fragmentos de contenido para gestionar la visualización.

Economizar el uso de la red es una regla que nunca hay que olvidar. Se pueden elegir aquellas funciones de los protocolos web que disminuyen los tiempos de espera. Así­, los archivos que se van a tranferir es mejor que estén comprimidos, y los recursos se pueden almacenar en la memoria caché identificando las referencias de cada uno. Hacer un uso restringido de las cookies y no enviar información sobre ellas, salvo que sea imprescindible, también ayuda.

Algunas tecnologí­as web están especialmente diseñadas para los dispositivos móviles y el desarrollador debe aprender a utilizarlas. La idea es aprovechar las caracterí­sticas de los móviles. Por otro lado, es necesario optimizar el tiempo de respuesta. Cada detalle es importante a la hora de crear una aplicación móvil, y los aspectos técnicos contribuyen a mejorar la experiencia del usuario.

Finalmente, el último consejo es dar libertad a los usuarios, porque los dispositivos móviles no son como un ordenador de sobremesa; se utilizan en situaciones de movilidad pero también en casa. Todas estas buenas prácticas están recogidas en el documento Mobile Web Application Best Practices.

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