Hay más teléfonos móviles (5.000 millones) que automóviles (900 millones) en este planeta. Así, prácticamente cada conductor tiene un móvil. Por eso, los fabricantes de coches están interesados en buscar la compatibilidad. Por de pronto, los smartphones están arrinconando a los navegadores GPS dedicados. Existen numerosas aplicaciones de ayuda al automovilista.
Unas suministran información sobre el estado del tráfico en tiempo real; otras sirven para localizar el coche en el aparcamiento. Algunas contabilizan los gastos de gasolina e incluso llegan a leer los mensajes de correo electrónico en voz alta durante los atascos. En caso de avería, también existen aplicaciones de asistencia que buscan los talleres de reparación más cercanos y avisan a la grúa concertada con el seguro.
TNS, la compañía de investigación de mercados, dedica un apartado al futuro de los smartphones como fuente de ocio e información en el automóvil dentro de su último estudio mundial sobre el consumidor móvil. Allí destaca cómo los fabricantes de automóviles están trabajando estrechamente con fabricantes de teléfonos móviles y operadores de telecomunicaciones para desarrollar nuevas interfaces que faciliten el uso del smarphone a bordo del coche. Un ejemplo es la alianza entre Ford y Microsoft para crear Sync.
Por su parte, los analistas de Frost & Sullivan también han investigado este asunto, y vaticinan una rápida proliferación de los smartphones dentro de los sistemas de información y ocio de los automóviles en Norteamérica. Sin embargo, la adopción en Europa va a ser más lenta, porque los conductores son más conservadores. De cualquier manera, los automóviles de alta gama van a seguir incorporando sus propias soluciones de “info-ocio” utilizando un smartphone como interfaz.