En los últimos años, los selfies se han convertido en un formato de lo más común. Todo el mundo se hace autofotos y prácticamente todos los móviles cuentan con una cámara frontal para los selfies. Ahora, parece que distintas compañías estarían intentando sacar el máximo partido a la herramienta, buscando la manera de encontrarles una utilidad añadida, más allá del propio entretenimiento. Una de las más interesantes sería la identificación. Una de las empresas que lo ha intentado ha sido MasterCard. La compañía acaba de dar a conocer un nuevo sistema bautizado como Control de Identidad Móvil en el que los usuarios pueden verificar su identidad para usar la tarjeta de crédito haciéndose un selfie. Bastaría con mirar fijamente en la cámara del teléfono y parpadear, para evitar que cualquier otra persona pueda sustituir al propietario del teléfono en la imagen.
Pero, ¿cómo funciona esta herramienta? Según explican, la imagen se queda guardada en la tarjeta del principal del servidor hasta que es cifrada. En ese punto, la foto se elimina. MasterCard ha asegurado que los selfies formarán parte de este proyecto de identificación a través del móvil, porque constityen una medida de seguridad muy potente. De momento, el programa ha empezado a extenderse en Europa y el 92 % de los clientes que han participado en el proyecto afirman que prefieren usar este tipo de sistemas biométricos a tener que introducir una contraseña de acceso de las de toda la vida. Es, sin duda, un sistema mucho más práctico y seguro.
Algo parecido ocurre con Uber. El servicio está pidiendo ahora a sus conductores identificarse con un selfie. Se trata de un sistema disponible solo para los conductores de Uber, que usa un algoritmo para conectar la imagen que se captura con la que el sistema tiene almacenada. Es cierto que algunas imágenes de las que tiene guardadas en el servicio no son muy buenas, pero a estas alturas Uber dice que ya es perfectamente capaz de verificar el 99 % de los selfies enviados por los conductores.
Los sistemas de identificación a través de selfies se basan en ciertas medidas faciales, como por ejemplo, la anchura de la nariz de una persona o la curva de la mandíbula. Estas cifras se convierten en códigos de identificación que, a continuación, son comparados con los números de la foto que el servicio tiene almacenados como referencia.
Los sistemas de verificación por autofoto todavía están muy poco extendidos, pero lo cierto es que son muchas las compañías que ya han manifestado interés por aplicarlos a sus servicios. Un banco británico llamado HSBC, por ejemplo, ya permite a los clientes de su banca online abrir una cuenta a través de Internet. Lo único que tienen que hacer es hacerse un selfie y subirlo. El sistema se encarga de comparar la foto con la imagen que tienen incorporada en su carné de conducir.
Y a ti, ¿crees que te resultaría práctico identificarte a través de un selfie o confías más en los sistemas tradicionales?