Apple siempre está en el punto de mira. Si hasta hace pocos días todavía disfrutaba del buen sabor de boca que había dejado la presentación del nuevo iPhone 4, ahora se ha convertido en el centro de interés de la justicia estadounidense. En los últimos días, Apple ha decidido prohibir a los desarrolladores de su tienda de aplicaciones que utilicen la plataforma de publicidad AdMob, recientemente adquirida por Google. De esta manera, la compañía de Mountain View quedaría fuera del negocio publicitario y Apple sería acusada por el regulador estadounidense de anti-monopolio.
El motivo de este cambio es bien sencillo. Y es que en estos momentos, los de Cupertino quieren promocionar su propia plataforma publicitaria llamada iAd. Una plataforma que empezará a funcionar el próximo 1 de julio a través del sistema operativo iOs 4 y que tiene como principal fin incrustar publicidad de una manera poco intrusiva para el usuario, utilizando medios como la televisión y la interacción a través de páginas de Internet. La inversión es cuantiosa, puesto que Apple ha desembolsado la friolera de 60 millones de dólares. De esta manera, parece claro que hay un rival muy fuerte al que Apple ha querido derribar de la manera menos discreta: Google.
Está claro que la estrategia de Apple no es nada limpia. Seguramente por eso, la Comisión Federal de Comercio y el Departamento de Justicia de Estados Unidos tienen preparada el hacha de guerra por una acción, que de llevarla a cabo, atentaría claramente contra la libre competencia de todas las empresas que operan en este mercado publicitario. Google ya se ha manifestado al respecto, indicando que la acción de Apple pone barreras a la competencia. Habrá que ver lo que ocurre finalmente y cómo se manifiesta Apple al respecto. Está claro que ésta no es la mejor manera de asentarse en el mercado, por mucho que Google sea un gigante muy difícil de batir.
Foto de: Mike Rowhel