Vender un teléfono móvil de última generación que es muy codiciado por los usuarios es un gran punto a favor de aquel operador móvil que consiga tenerlo en exclusiva en un mercado concreto. Representa una enorme oportunidad de robar clientes a la competencia, y también de impedir que los clientes actuales abandonen la compañía y pasen a engrosar la lista de suscriptores de otro operador.
El “churn”, que es así como se llama en la jerga de la telefonía móvil a aquellas situaciones cuando el cliente abandona una compañía para pasarse a otra, es visto como una maldición, o como una bendición, dependiendo del lado de la barrera donde esté el operador. El gancho de comercializar un smartphone puntero es perfecto para atraer a nuevos suscriptores. El problema empieza cuando los compradores que vienen de la competencia reciben un trato preferente.
La revista Forbes se ha hecho eco recientemente de diversas quejas de consumidores estadounidenses con motivo del lanzamiento del Motorola Droid X por parte de Verizon, uno de los grandes operadores móviles del país. Verizon comercializa el Droid X en exclusiva y ha conseguido vender 300.000 unidades en tres días, antes de agotarse la partida inicial. De esa cantidad aproximadamente un 2% corresponde a nuevos clientes.
Dos analistas de las empresas de investigación de mercados Gleacher y Global Equities Research han puesto de manifiesto que, en algunos casos, los consumidores procedentes de otras compañías pudieron conseguir teléfonos Motorola Droid X en detrimento de clientes actuales de Verizon. Si la persona decía que ya era cliente de Verizon, le respondían que no quedan Droid X. En cambio, si era un nuevo suscriptor, podía acabar llevándose a casa el smartphone con Android de Motorola.
Verizon niega que ésa sea la política oficial, que ellos sirven los teléfonos móviles siguiendo el orden de pedido. Sin embargo, los analistas constataron que en los puntos de venta consultados había reservas especiales para nuevos clientes. En las tiendas más populares, entre el 8% y el 10% del inventario estaba reservado a clientes procedentes de otros operadores, y en el resto de los comercios, el porcentaje aumentaba hasta el 25%, según refleja la revista Forbes.
En España esta prohibido por ley ese tipo de prácticas y cualquier persona a la que no le quieran vender un producto del tipo que sea teniendo stock podría denunciar a la tienda, aunque lamentablemente somos unos conformistas y así nos va.
amen!!!