Los teléfonos móviles incluyen cada vez más funciones dentro del mismo producto. Son unos auténticos prodigios de miniaturización. Algunos modelos incluso integran un sintonizador de radio en FM (frecuencia modulada). Esta capacidad consigue que muchas personas se entretengan escuchando los programas radiofónicos mientras matan los ratos libres.
Otras veces la radio en FM es el recurso que queda durante un viaje largo cuando ya se ha agotado la música cargada en el móvil. De esta forma, gracias a estos teléfonos con radio, las emisoras han recuperado audiencia, e incluso han logrado detener el declive sostenido con nuevas hornadas de jóvenes aficionados. Diversas compañías se han dado cuenta de la importante repercusión que estos productos representan para el negocio.
En Estados Unidos, dos industrias se han puesto de acuerdo para solicitar al Congreso estadounidense que apruebe una norma que convierta en obligatoria la inclusión de un chip sintonizador de radio en FM dentro de todos los dispositivos portátiles, incluyendo teléfonos móviles que se pongan a la venta en el país. Se trata de la NAB (National Association of Broadcasters), que asocia a radios y televisiones, y de la RIAA (Recording Industry Association of America), que representa a las discográficas. El motivo que aducen es que se favorecería a los consumidores, que tendrían “más surtido de música para elegir”.
Ambas van a tener que enfrentarse a la oposición frontal de otra patronal, la CEA (Consumer Electronics Association), que agrupa a los fabricantes de terminales móviles y otros dispositivos de electrónica de consumo. Representantes de la CEA han puesto el grito en el cielo y ha criticado duramente la propuesta señalado que “en lugar de adaptarse al mercado digital, la NAB y la RIAA actúan como industrias fustigadoras que se niegan a innovar y buscan imponer castigos a aquellos que sí innovan”.
Luego además pretenderán cobrar un canon por llevar el receptor de FM. Menuda jeta.