Parece que durante este año más gente ha incorporado a su lenguaje la palabra smartphone. Al menos, así lo demuestra un reciente estudio que revela que las ventas de este tipo de teléfonos aumentaron en el segundo trimestre de 2010 un 118 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
El hecho de que estos dispositivos sean más caros que los móviles convencionales (que durante los meses comprendidos en ese periodo experimentaron además un notable descenso en sus precios) no han sido óbice para que los usuarios hayan visto en los smartphone la elección deseada para aglutinar muchas de las funciones que, hasta entonces tenían asignadas a otros dispositivos.
Ha sido la Asociación Multisectorial de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica (Asimelec), la responsable de esta encuesta, en la que se detalla que durante el segundo cuarto del año se llevaron a vender un total de 762.729 móviles inteligentes.
Esto supone un quince por ciento del total de teléfonos móviles vendidos durante ese periodo, un total que representó casi la mitad de facturación menos de terminales tradicionales (representado en un cuatro por ciento de descenso de unidades vendidas de esta categoría).
No obstante, el estudio no establece una relación entre el fulgurante ascenso en la penetración del smartphone en el mercado generalista y los motivos que empujan al usuario a decidirse por esta tecnología, aún a sabiendas de que es más cara que la de los terminales tradicionales.
Un estudio anterior efectuado en Estados Unidos definía la intención de los clientes de agrupar utilidades en un sólo dispositivo, aunque la popularización de los terminales táctiles y el interés que han despertado los sistemas operativos avanzados para móviles también se encuentran entre los sospechosos de tan acusado aumento en la demanda.
