Todo lo bueno se acaba, y para Movistar llegó ese momento. El móvil estrella del catálogo Android y de Samsung, el Samsung Galaxy S, deja de ser una exclusiva de la operadora azul, quedando liberado para que las compañías Vodafone y Orange lo incluyan en sus respectivos catálogos. En el caso de la empresa de origen británico, el Samsung Galaxy S entra en el portafolio de móviles subvencionados que requieren de una suscripción de tarifa de datos, con lo cual tocará de entrada hacerse a la idea de que 17,7 euritos al mes se irán de nuestro bolsillo a las arcas de Vodafone en concepto Internet móvil.
Sabiendo esto, Vodafone estipula un cuadro de nueve combinaciones posibles (que finalmente, ya comprobaremos, se quedan en siete), en función de tres tipos de tarifas y tres posibles modalidades de contrato. Si lo que nos interesa es llevarnos el Samsung Galaxy S por la cara, tendremos que firmar una portabilidad desde otro operador y comprometernos a una tarifa de poco más de 70 euros (impuestos incluidos).
Siguiendo con el itinerario que hemos abierto con la opción de portarnos a Vodafone, si nos acogiésemos a la tarifa de 23,5 euros al mes, el Samsung Galaxy S nos supondría un desembolso de 80 euritos, que llegarían a ser 210 euros si optáramos por el consumo mínimo de 10,6 euros.
En el caso de que no hagamos una portabilidad, sino que cursasemos una migración (es decir, que siendo clientes de Vodafone prepago demos de alta una línea de contrato con el mismo número), esta misma combinación de tarifas se centraría en un único precio para el Samsung Galaxy S: 220 euros.
Y por último, el camino a seguir para llevarse el Samsung Galaxy S mediante una nueva alta requeriría pagar por este móvil táctil entre 30, 130 y 260 euros, en función de si contratamos las tarifas planas de 70 o 23,5 euros, o el consumo mínimo de 10,6 euros.