No todo van a ser móviles que quitan el hipo. De hecho, recuerda, los smartphones siguen representando un 20 por ciento de los teléfonos que llevan los usuarios en nuestro país. Del otro extremo, tenemos terminales como el LG Anna. Es decir: un teléfono móvil que no quiere ser ordenador portátil… sino teléfono móvil.
Estamos ante un terminal de gama económica, que por 30 euros nos permite instalarle la tarjeta SIM que queramos y lanzarnos a charlar y enviar SMS. Y poco más. Cero complicaciones y mucha autonomía, ya que el LG Anna es capaz de soportar más de 40 días en reposo sin darle energía. Como un camello, pero en móvil.
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