A juzgar por el nivel de ventas alcanzado por el iPhone 4S en su lanzamiento, cualquiera podría decir que el nuevo teléfono de Apple está on fire, como podría aludirse con cierta jocosidad coloquial. Pero la broma deja de tener gracia cuando conocemos que la combustión espontánea empieza a ser una tendencia nada recomendable en los terminales diseñados en Cupertino.
Ya habíamos conocido el caso, la pasada semana, de un iPhone que, durante un vuelo sobre Australia, empezó a echar humo y acabó literalmente achicharrado por dentro. La situación se ha repetido, y esta vez, ha sido al otro lado del mundo.
En concreto, en Brasil (donde, precisamente, se han empezado a fabricar modelos del iPhone 4 con memoria de ocho GB, aunque eso, lógicamente, no tiene cabida en tan flamíngero problema), donde una usuaria ha denunciado que su teléfono comenzó a arder mientras se estaba cargando por la noche.
El suceso tuvo lugar el pasado 22 de noviembre, y la persona que sufrió tan candente problema fue Ayla Paulo Mota. El modelo que sufrió el chispazo interior fue el iPhone 4, que en ese momento se encontraba cerca de la usuaria, quien estaba descansando hasta que empezó a oler, literalmente, a chamusquina. El terminal acabó, como cabría esperar, en el servicio técnico de Apple, aunque no se ha reportado cuál pudo ser la causa de que el dispositivo se sobrecalentara hasta el punto de arder.
No es la primera vez que un terminal móvil de Apple demuestra su habilidad para controlar el fuego (o descontrolarse a causa de él). Hace un par de años, a un chaval estadounidense le ardieron literalmente los calzoncillos cuando su iPod Touch, que en ese momento se alojaba en un bolsillo del pantalón, explotó de forma súbita. En aquel momento, Apple tuvo que hacer frente a una denuncia civil, por parte de la familia del sorprendido zagal, que elevaba la indemnización por daños físicos y morales por encima de los 115.000 euros.
Pero hay más casos. Algo similar ocurrió durante ese mismo año de 2009, aunque unos meses más tarde. Esta vez, la explosiva situación tuvo lugar en Reino Unido, donde de nuevo un iPod Touch salió ardiendo, aunque en esta ocasión, con la disparatada intención de batir algún tipo de récord de altura: el reproductor táctil de Apple se elevó tres metros sobre el suelo tras un ritual que comenzó con un extraño sonido silbante, continuó con una leve emanación de humo y concluyó con una explosión interna que, literalmente, catapultó al iPod Touch más allá de lo que jamás lo había hecho ningún reproductor multimedia por sí mismo. La misma situación se repite con otros terminales de la gama iPod de Apple, aunque sin tan espectaculares circunstancias.
Imágenes: Blog do iPhone
Yo soy muy de android, pero le doy el beneficio de la duda a apple, que si uno arde y le pagan… estoy seguro de que van a salir decenas o cientos mas que casualmente tambien ardan y exigirán indemnizacion…