¿Son los teléfonos móviles perjudiciales para la salud? ¿Podría ser la continua exposición a sus ondas electromagnéticas una de las principales causas de cáncer en las personas? Son preguntas que todos nos hemos hecho en multitud de ocasiones, pero que hasta ahora no han contado con una respuesta clara. Un estudio realizado a principios de los 2000 por el prestigioso doctor G. Hyland junto con la Universidad de Warwick (Gran Bretaña) desaconsejaba la exposición prolongada de niños y adolescentes a la radiación electromagnética que producen esta clase de aparatos. No obstante, la mayoría de estudios que se han ido presentando a lo largo de estos años desmienten que estas tecnologías puedan incidir en la buena salud de las personas. Ahora un estudio recién publicado por el Mobile Telecommunications and Health Research Programme (MTHR) con el apoyo del Departamento de Sanidad del gobierno británico explica que después de once años de estudio, no se han encontrado evidencias sobre los efectos perniciosos de los móviles en la salud de las personas.
Como decíamos, el estudio se ha prolongado durante once años y ha contado con un presupuesto de 13,6 millones de libras, lo que serían más de 16 millones de euros al cambio actual. Los resultados son claros: no hay ninguna evidencia sobre los efectos adversos que estas tecnologías tienen sobre la salud. Y para muestra un gráfico (lo tienes en la parte superior). La exposición a esta clase de ondas podría tener efectos verdaderamente perniciosos durante el embarazo, puesto que podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer en la primera infancia. Pues bien, tras las pruebas realizadas, se ha determinado que el uso de teléfonos móviles no está relacionado con enfermedades como la leucemia. Lo mismo ha ocurrido con las modulaciones que se producen a través de las transmisiones de radio y otras señales, a menudo empleadas por los servicios de emergencia. Tampoco hay ninguna evidencia que apoye que estas radiaciones puedan reportar riesgos para la salud de los ciudadanos.
Pero, ¿cómo podríamos estar seguros de la independencia de este estudio? Pues bien, aunque lo cierto es que el programa recibió financiamiento por parte del gobierno y la industria, la gestión científica del mismo fue encomendada a un Comité de Gestión del Programa independiente. La mayoría de expertos que han colaborado en esta importante tarea son profesores universitarios.
A pesar de lo positivo de las conclusiones (sobre todo para la industria y los ciudadanos) puede ser incluso lógico que la gente siga sin verlo claro y no confíe en esta clase de publicaciones. Como ha ocurrido después de otros estudios, la duda sobre los efectos de estas redes inalámbricas sobre la salud pública sigue planeando implacable. De hecho, el documento elaborado por estos expertos concluye recomendando nuevos estudios que permitan obtener más datos y resultados sobre los efectos neurológicos de los teléfonos móviles en los niños, así como el impacto que estas ondas puedan tener sobre la actividad cerebral y la función del sueño.