Las baterías nunca han dejado de ser el talón de Aquiles de los teléfonos inteligentes. 2.000, 3.000 e incluso 4.000 mAh de capacidad siguen siendo insuficientes para una jornada de uso intensivo, ya que a medida que aumentan las capacidades de las baterías también lo hacen las tamaños y resoluciones de pantalla, los procesadores y las opciones de las interfaces. Pero la compañía surcoreana Samsung podría haber dado con la solución a este problema: una tecnología que recarga la batería del móvil a partir de las pulsaciones de los dedos del usuario en la pantalla.
Esta tecnología se ha dado a conocer a partir de una patente registrada por Samsung. En esta patente, Samsung muestra un móvil con una pantalla formada por tres capas: una capa exterior encargada de registrar las pulsaciones del usuario, una capa interna encargada de recibir las pulsaciones de la capa exterior y una última capa formada por la pantalla. En el momento en el que la capa exterior entra en contacto con la capa interna se genera el llamado efecto triboeléctrico, el cual hace posible que las pulsaciones se conviertan en energía capaz de alimentar un circuito, tal y como se explica de forma mucho más detallada en este vídeo.
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El efecto triboeléctrico se puede generar tanto por frotamiento (lo podemos comprobar frotando un plástico con una prenda de lana, por ejemplo) como por influencia. En el caso de la patente registrada por Samsung, la energía se genera por influencia en el momento en el que el usuario pulsa sobre la pantalla y, por lo tanto, una capa entra en contacto con la otra.
Aunque la energía generada mediante esta tecnología probablemente no llegará a ser suficiente como para sustituir por completo a las baterías tradicionales (al menos durante los primeros años), esta patente de Samsung perfectamente podría convertirse en un apoyo para la autonomía que ofrecería varias horas de batería adicionales. En teoría, cuanto más uso hiciera el usuario del móvil (especialmente para escribir a través del teclado virtual), mayor sería el número de horas de autonomía que obtendría a través de esta tecnología, todo ello acompañado por la energía que se consumiría al mismo tiempo en la batería del teléfono inteligente (de ahí que, a día de hoy, sea difícil pensar en sustituir por completo las baterías de los móviles con esta tecnología).
Probablemente todavía quedan muchos años por delante hasta que algún fabricante decida a dar el paso de incorporar esta tecnología en un móvil destinado al público general, especialmente teniendo en cuenta los peligros que supone la electricidad estática para los componentes internos de un móvil. Por ello, resulta muy poco probable que el nuevo Samsung Galaxy S6 vaya a incorporar esta novedad aún a pesar de que los rumores apuntan a que se tratará de un teléfono inteligente “diseñado desde cero” (de ahí que se denomine como Project Zero).