Hace algún tiempo que las pantallas han dejado de ser superficies planas. Son muchos los televisores y monitores que presentan una cierta curvatura. En el terreno de la telefonía Samsung es pionera con varios de los dispositivos de la gama «Edge«. Lejos de frenar sus ansias de curva, la surcoreana estaría preparando un teléfono completamente enrollable, que se doblaría de forma similar a un monedero y que podría ser bautizado como Galaxy X. Son pocos los detalles que conocemos hasta el momento. Al parecer, el teléfono contaría con un tamaño de pantalla de 5,7 pulgadas y resolución QHD. Se dejaría ver a lo largo de este año, por lo que su puesta en el mercado podría ocurrir antes de finales de 2016.
No es la primera vez que escuchamos que Samsung estaría desarrollando un teléfono que conseguiría curvarse completamente, como si de un pergamino se tratara. Las primeras muestras claras de sus avances las ha mostrado en el SID 2016, una feria enfocada en el campo de las pantallas que cada año se celebra en San Francisco y donde la compañía ha conseguido causar gran expectación al presentar un panel AMOLED de 5,7 pulgadas que alcanza una resolución QHD (2.560 x 1.440 píxeles). Si unimos esta presentación con los rumores que hablaban de un dispositivo (Galaxy X) que podría doblarse completamente, no podemos evitar preguntarnos si estos no serán los primeros avances oficiales de lo que nos tienen preparados.
La nueva pantalla es muy delgada. Cuenta con solo 0,3 mm de grosor y un peso de 5 gramos. Por su parte, la curvatura tiene un radio de 10, lo que viene a significar que puede ser enrollada hasta formar un círculo de 10 milímetros de radio. No hay datos que confirmen la posible fecha de presentación de este nuevo dispositivo, aunque la fecha más adecuada para su puesta de largo se situaría entre agosto y septiembre. Según los rumores, el nuevo Galaxy Note 6 podría ser anunciado en agosto, por lo que podemos llegar a pensar que la asiática reservaría este nuevo Galaxy X para el mes de septiembre, durante la celebración del IFA de Berlín.
A falta de conocer más detalles: procesador, memoria RAM, apartado fotográfico, entre otros, no podemos evitar hacernos aún muchas preguntas. Lo que más nos va a entusiasmar descubrir es su diseño, muy alejado de lo que podemos ver actualmente en móviles convencionales, incluso dentro de la propia línea Edge. El hecho de que pudiera llegar muy próximo al Galaxy Note 6, nos invita a pensar que podrían contar con algunas prestaciones en común. Por lo que sabemos hasta el momento, el nuevo phablet de Samsung podría incluir una pantalla de 5,8 pulgadas con resolución QHD, además del nuevo procesador Qualcomm Snapdragon 823 acompañado por una memoria RAM de nada más y nada menos que 6 GB. Por lo demás, también se espera con una cámara muy similar a la incluida en los nuevos Samsung Galaxy S7, que, recordemos, cuenta con dos sensores de 12 megapíxeles cada uno. El dispositivo llegaría además con Android 6.0.1 y con una batería de 4.200 mAh.
La verdad NO veo las ventajas de una pantalla flexible en 1 móvil. Lo importante es que mejoren al S7 EDGE en: resolución de pantalla, fotografía, batería, procesador.