móvil de noche

Es muy común oí­r hablar de los efectos nocivos de la luz azul LED por la noche, haciendo referencia a la ya generalizada costumbre de mucha gente de mirar el móvil antes de irse a dormir, ya sea para terminar una conversación por WhatsApp, ver un ví­deo que alguien le ha mandado o revisar el horario del trabajo para el dí­a siguiente. Esta discusión es una versión actualizada del «ver la televisión por la noche con la luz apagada es malo para la vista», lo que propició que una generación entera de televisores LED ofrecieran ese complemento conocido como «AmbiLight«, que pretende rebajar esa luz proyectando por la parte de atrás luces que tienen un tono similar al que se está viendo, para no concentrar la luz en un único punto. En el caso de los móviles, Apple tomó cartas en el asunto en su iOS 9.3 al ofrecer el modo Night shift, que nos propone una manera de combatir este posible daño a nuestros ojos cambiando, en las horas nocturas, la gama de colores de la interfaz hacia una franja más cálida, reduciendo considerablemente los azules. En Android encontramos también aplicaciones (externas esos sí­) que buscan enfrentarse al mismo mal, como pueden ser Lux o Twilight, entre otras. Esta tendencia parece más que asumida, pero cualquiera que quiera indagar un poco más en el asunto se ve obligado a preguntarse. ¿En qué se basa esta creencia? ¿Está demostrada cientí­ficamente?

iphone night shift

La luz azul y la melatonina

El argumento principal que se utiliza en estos casos es que la luz azul de los paneles LED reduce los ritmos circadianos del sueño así­ como la producción de melatonina, la conocida «hormona del sueño», basándose en recientes estudios realizados con ratones, cosa que no puede hacer otra cosa que sorprender, ya que, asumiendo que consigamos hacer que un ratón mire una pantalla LED antes de dormir, aunque ratones y humanos compartamos un porcentaje alto de compatibilidad en el ADN, nuestros sistemas nerviosos distan bastante entre sí­. ¿Habrán probado a ponerle al ratón un libro y una vela, a ver si la respuesta es distinta?

Otro argumento se basa en estudios que afirman que hay una mayorí­a de gente dentro de las sociedades occidentales que tiene problemas para conciliar el sueño, con una tendencia al alza en los últimos cincuenta años. Esta conclusión es fácilmente manipulable, ya que hay otras razones que podrí­an impulsar que nuestro sueño se resienta. Desde la mala alimentación al estrés, una de esas epidemias silenciosas de nuestra sociedades modernas. La ansiedad de tener a mano infinidad de datos de información disponibles, o de pelí­culas para descargar o visualizar, pueden ser también el elemento que nos lleve a coger el móvil o la tablet, y sí­, afectar a nuestro patrón de sueño.

Lo cierto es que las «pruebas cientí­ficas» son escasas y discutibles, pero como parece que el morbo y la catástrofe nos atrae y nos tranquiliza, ahí­ tenemos Lux y el Night Shift para hacernos dormir con tranquilidad.

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