Estamos acostumbrados a escuchar oír hablar de cada vez más tecnologías añadidas a nuestros teléfonos móviles. Sistemas que nos permiten conectar dispositivos o cargar de manera inalámbrica, mejorar nuestra conexión WiFi o la forma en que intercambiamos archivos entre distintos dispositivos. Pero, ¿en qué consisten exactamente estos avances?
Nos ponemos técnicos y os desmenuzamos diez tecnologías usadas en los móviles más recientes, para que sepáis exactamente cómo funcionan, qué tipos hay y para qué sirven.
USB tipo C
Te habrás fijado que muchos de los últimos móviles lanzados al mercado vienen con el puerto de carga USB 3.0. Es un nuevo tipo de puerto, creado en 2014, y se caracterizan por ofrecer mucha más velocidad de conexión, hasta 10 Gbits/segundo. Está basado en la tecnología USB 3.1 y de hecho permite el uso de conectores para pasar de un tipo a otro. Aparte de la conexión, los puertos USB tipo C también admiten el paso de más corriente, hasta 100W.
Existen algunos dispositivos, como el Huawei P9, que pese a incluir un puerto USB tipo C, funcionan realmente con un protocolo de USB tipo 2.0. De hecho, son más comunes que los que ofrecen un protocolo USB tipo C con USB 3.0. Las tecnologías QuickCharge de Qualcomm y TurboPower de Motorola, por ejemplo, están basadas en USB 2.0, con un máximo de carga de 18W. Esto puede llevar a confusión, ya que los distintos cables de carga no son del todo compatibles. Hay que informarse bien antes de comprar uno nuevo (especialmente, en tiendas chinas).
Lector de huellas
El sistema de identificación y desbloqueo que ahora se encuentra en un 70% de móviles actuales apareció por primera vez en 2013 con el iPhone 5S. Desde entonces se han conseguido lectores que en milésimas de segundo reconocen nuestra huella. Pero, ¿cómo funcionan?
Inicialmente utilizaban tecnología óptica, que consistía esencialmente en hacer una foto de nuestra huella, y luego hacerla coincidir cada vez que pongamos el dedo. Ahora se utiliza una tecnología más efectiva, basada en condensadores. Los condensadores crean un mapa de nuestra huella diferenciando las zonas donde la presión es mayor y donde es menor, reconociendo cada pliegue. A mayor cantidad de condensadores, el reconocimiento de la huella será más rápido. Si el sensor tiene menos, habrá que mantener el dedo pulsado más tiempo hasta que finalmente se identifique.
Bluetooth
Hoy en día, el Bluetooth es una conexión indispensable en nuestros teléfonos. Lo usamos para conectar auriculares inalámbricos, smartwatches o para usar Android Auto, entre otras opciones. Actualmente se encuentra en su versión 5.0, la más rápida hasta ahora. Esta conexión la estrenó el Samsung Galaxy S8.
En esencia, la tecnología Bluetooth utiliza la radiofrecuencia (en la banda 2.4 GHz) para transmitir voz y datos entre dispositivos que se encuentren a poca distancia. Por ello, el uso de Bluetooth no tiene nada que ver con la conexión a Internet. De esta manera, su uso no supone ningún consumo de recursos para al usuario, más allá de un mayor gasto de batería. Con el paso de las distintas generaciones, Bluetooth admite cada vez más velocidad de transferencia y un campo de acción más grande.
Carga inalámbrica
También la carga de las baterías se puede realizar de manera inalámbrica, aunque hasta ahora era una tecnología que no gozaba de mucha popularidad. Ahora, tras la apuesta del iPhone 8, parece que vuelve a sonar con fuerza.
Para poder hacer estas cargas “por arte de magia”, tiene que haber un ente emisor de frecuencias radiomagnéticas, que suele ser la base de carga. El trabajo de esta base, conectada a la corriente eléctrica, consiste en transformar esa energía eléctrica que recibe en ondas de alta frecuencia, generando un campo electromagéntico. El teléfono, si se encuentra dentro de ese campo, recibe la energía y empieza a cargar la batería.
Existen dos estándares dentro de esta tecnología, el Qi y el PMA. El primero genera un campo menor para realizar la carga, (el teléfono debe estar literalmente pegado a la base), pero a cambio, ofrece mayores niveles de carga que el segundo tipo. Es por eso que Qi es la tecnología más común en los últimos dispositivos que incluyen esta posibilidad, como en el caso del iPhone 8.
NFC
Otra de las tecnologías más escuchadas en la actualidad es la conexión NFC. Al igual que en el caso anterior, es un sistema basado en la radiofrecuencia. Esta vez, eso sí, utiliza las ondas para transmitir información, no energía. Y lo hace en un espacio muy pequeño, 20 centímetros como mucho. En este caso, los dos dispositivos emiten un campo electromagnético, y al entrar ambos campos en contacto, se produce el intercambio de datos.
Su principal uso lo encontramos en las herramientas de pago contactless como Samsung Pay o Apple Pay, pero esta tecnología también puede ser usada para enviar datos de un dispositivo a otro, con mayor velocidad y capacidad que Bluetooth. Sin embargo, este uso todavía no es muy común en terminales móviles actuales, pero con la proliferación de esta forma de conexión, puede que empiece a considerarse este uso de manera generalizada.
Wi-Fi Direct
Es posible que hayamos oído hablar de esta tecnología muchas veces, pero no tengamos claro del todo en qué consiste. Se trata de un tipo de conexión que utiliza el Wi-Fi tradicional, pero que permite conectar dispositivos directamente. Es perfecto para enviar archivos pequeños sin tener que revelar datos como nuestro número de teléfono. Mediante software, el protocolo Wi-Fi Direct permite convertir a un dispositivo en punto de acceso, e incluso codificar este acceso mediante una clave.
El principal inconveniente del Wi-Fi Direct es que no viene como función integrada en Android, como sí ocurre con Bluetooth o NFC. Para usar Wi-Fi Direct para enviar datos, ambos dispositivos, emisor y receptor, deben tener un mismo software configurado. Samsung es la excepción: su firmware sí que incluye la posibilidad de usar Wi-Fi Direct directamente para enviar archivos (a otros modelos Samsung).
Sensor de proximidad
Una de las grandes tecnologías asociadas a los teléfonos móviles no tiene excesiva publicidad, pero es vital. se trata del sensor de proximidad. Gracias a él, el teléfono puede apagarse cuando lo tenemos en el oído haciendo una llamada, reservando batería, y volverse a encender cuando terminamos de llamar.
Este sensor utiliza una luz infrarrojos y un lector para poder establecer la distancia que hay entre la pantalla del teléfono y el siguiente objeto. La emisión de luz infrarroja, al topar con un objeto, rebota, volviendo al lector, que interpreta la distancia que existe entre ambos objetos. Si es suficientemente corta, sensor se activa. Esta tecnología también se puede usar para reconocer cuando un teléfono está en un bolsillo o al aire libre, o para encenderlo solamente con acercar la mano.
DLNA
La conexión DLNA es otra tecnología que permite enviar datos entre dispositivos. Está pensada especialmente para compartir archivos como reproductores de Blu-ray, Smart TVs y Equipos de música. Ambos dispositivos tienen que soportar esta tecnología, y en algunos casos, se precisa un software compatible para poder hacerlo (Windows Media Player es uno de ellos).
Cuando ambos dispositivos están conectados a la misma red, se reconocen entre ellos, lo que nos permite poder enviar películas del PC a nuestro televisor y que se reproduzcan automáticamente, o mandar canciones desde nuestro smartphone a un equipo de sonido. Por último, con DLNA podemos utilizar tablets y smartphones como mandos a distancia en películas y canciones.
Force touch
La tecnología usada en las pantallas táctiles apenas ha variado en el transcurso de la actual década. El único paso adelante ha sido el Force Touch. Inaugurado por iPhone en 2015 bajo el nombre de 3D Touch, esta tecnología consigue diferenciar entre cuatro tipos distintos de presión sobre la pantalla. Una combinación de sensores de fuerza con el uso de un cristal exterior específico permite conseguir este nivel de matiz.
¿Y para qué podemos utilizar este Force Touch? iPhone lo utiliza para permitirnos abrir menús dentro de aplicaciones sin tener que abrir la propia aplicación. Pese al avance que supone, el público no ha recibido el Force Touch de manera muy entusiasta, y la prueba es que no hay demasiadas marcas que la hayan incluido en sus terminales más recientes. Además, existe el problema añadido de que los desarrolladores tienen que crear funciones específicas para las pantallas con Force Touch, algo que no se ha producido tanto como se podría desear.
Miracast
Miracast es la manera más sencilla de hacer screen mirror, es decir, en reproducir lo que ves en tu móvil en otra pantalla. Es perfecto para poder ver vídeos directamente en la nuestro televisor sin complicarnos demasiado la vida. Utiliza la red Wi-Fi y en la mayoría de teléfonos Android aparece integrada bajo el nombre Compartir (o Enviar) Pantalla. Funciona como sustituto inalámbrico del HDMI, y es una versión más primitiva de sistemas más complejos, como AirPlay o Chromecast.
Conectando el teléfono de esta manera con un SmartTV que tenga un certificado Miracast, podremos realizar el proceso de una manera muy sencilla y parecida a la de Bluetooth. Ahora bien, tiene un inconveniente principal, y es que la pantalla debe mantenerse encendida todo el rato que estemos viendo el contenido enviado. Si la pantalla se pone en reposo, el contenido dejará de visualizarse en la otra pantalla. Por eso, no se recomienda Miracast para ver más que vídeos cortos o fotos.
Hacia un móvil más dinámico
Como habéis podido ver, los principales retos a los que se enfrentan los smartphones actuales son dos: la transmisión de datos rápida entre dispositivos y la posibilidad de hacerlo sin cables. Los usuarios cada vez más buscan un manejo práctico, y por eso las tecnologías intentan adaptarse a esas necesidades. En ese grupo encontramos el Wi-Fi Direct, el DLNA, Bluetooth, NFC o Miracast.
Por otro lado, también nos interesa que nuestros dispositivos funcionen de manera intuitiva y rápida. Es por eso que incluimos en la lista los puertos USB tipo C, el Force Touch o el lector de huellas. Queremos un desbloqueo sencillo, cargas más potentes y más posibilidades en el uso de las distintas apps, y la tecnología se encarga de dárnoslo.
Todas estas mejoras tecnológicas tienen una explicación, y conociendo como funcionan entendemos mejor nuestro teléfonos móviles, sus posibilidades y sus limitaciones.