No son buenos tiempos para Samsung, algo que demuestran sus últimos resultados correspondientes al primer trimestre del año. La compañía ha anunciado una caída en sus beneficios del 60%, lo que se traduce en unos 4.900 millones de euros. Se trata del mayor descenso registrado desde hace cuatro años, cuando sufrieron una bajada del 56%. Las razones de todo esto no son ningún misterio: la disminución de las ventas de smartphones y la rebaja en los precios en los componentes.
Samsung ya advirtió el mes pasado que sus resultados serían inferiores a los estimados. La bajada de precios de las memorias NAND y DRAM, fabricadas por la compañía, sumada al descenso de los pedidos por parte de clientes tan importantes como Amazon o Apple es una de las razones de su bajada de ingresos. Tal y como apuntan desde Bloomberg, los precios de la DRAM experimentaron la caída más fuerte en una misma temporada desde 2011. Este sector alcanzará los 69.000 millones de euros al cambio este año, lo que supone un descenso del 22% respecto al año anterior.
Asimismo, su división de pantallas, que suministra a Apple, también se ha visto afectada por unas ventas de iPhones inferiores a las esperadas y por la competencia de los fabricantes chinos de monitores y televisores. Por otro lado, los consumidores de telefonía cada vez se esperan más tiempo a actualizar su teléfono. Con tantos nuevos modelos y tanta competencia es muy complicado mantenerse en el sector. De hecho, las ventas para este trimestre han quedado por debajo de lo esperado, un billón de won coreano por debajo para ser exactos (de 53 a 52 billones). De momento, no hay más información de este dato hasta que Samsung no publique sus resultados finales al acabar el mes.
No obstante, la compañía asiática espera que su actual buque insignia Samsung Galaxy S10 y el nuevo móvil plegable, Samsung Galaxy Fold, le ayuden de cara a próximos resultados. A todo esto hay que añadir sus esfuerzos por mantener actualizada su gama media, con terminales más económicos con características modernas y actuales. Es el caso de los últimos miembros de la familia Galaxy A, con el Samsung Galaxy A50 a la cabeza.