El 5G ha sido uno de los grandes temas en el mundo tecnológico durante los últimos años. Cuando comenzó a desplegarse, muchos lo consideraron el santo grial de la conectividad. Pero, con el tiempo, surge la pregunta: ¿es necesario el 5G en 2024? ¿O es sólo una característica que no aporta mucho en nuestro día a día?
En los últimos meses, he estado probando el 5G y comparándolo con el 4G, el que ha sido nuestro fiel compañero durante años. Me sumergí en las ventajas y desventajas, y puedo decirte que las conclusiones a las que he llegado son un tanto sorprendentes. No es sólo una cuestión de velocidad o de capacidad de la red; también hay que tener en cuenta el coste, la cobertura y cómo realmente afecta a nuestra vida diaria.
Así que, si estás dudando sobre si dar el salto al 5G o no, sigue leyendo. He recopilado algunas conclusiones que podrían sorprenderte y que, probablemente, pasaste por alto en todo el ruido mediático que rodea al 5G.
¿Qué ofrece el 5G que no tenga el 4G?
Para empezar, es importante entender en qué se diferencia el 5G del 4G. La principal ventaja del 5G es su velocidad. Mientras que el 4G puede alcanzar velocidad máxima de hasta 150 Mbps de descarga y 50 Mbps de subida, el 5G lo supera con creces, llegando a ofrecer hasta 10 Gbps en su máximo rendimiento, lo que supone un cambio brutal en comparación. Si has probado alguna vez a descargar una peli o un juego grande con 4G, sabes lo que es esperar. Con el 5G, esas esperas se reducen a unos segundos.
Pero no se trata sólo de velocidad. El 5G también mejora la capacidad de la red. En zonas densamente pobladas, como centros urbanos o eventos masivos, el 5G es capaz de soportar mucho más tráfico de datos sin disminuir la velocidad. Esto es genial para no quedarse sin conexión en medio de un festival o cuando todos los vecinos están usando Internet al mismo tiempo.
Mi experiencia con el 5G y 4G: pruebas y resultados
En mi experiencia, el 4G sigue siendo más que suficiente para la mayoría de las actividades cotidianas. Navegar por la web, ver vídeos en streaming en calidad HD y usar redes sociales no requiere el tipo de velocidad que ofrece el 5G. Si lo vemos de otro modo, la diferencia entre el 4G y el 5G es como pasar de un coche deportivo a un jet privado; sí, es impresionante, pero ¿cuánto lo necesitas realmente?
Sin embargo, hay aplicaciones específicas donde el 5G realmente marca la diferencia. Los juegos en línea, las aplicaciones de realidad aumentada y virtual, y las transmisiones en directo de alta calidad son áreas donde el 5G puede ofrecer una experiencia mucho más fluida. Si eres un gamer o te gusta la tecnología punta, el 5G podría ser una buena inversión.
La infraestructura y la cobertura
Uno de los problemas con el 5G es su disponibilidad. Aunque la tecnología se está expandiendo rápidamente, la cobertura aún no es universal. En mi propia experiencia, he encontrado que el 5G está disponible en algunas ciudades grandes y áreas metropolitanas, pero en zonas rurales o menos desarrolladas, el 4G sigue siendo la norma. Además, las redes 5G son más sensibles a los obstáculos físicos, por lo que la cobertura es un tanto irregular incluso dentro de las ciudades.
Esto significa que, si te mueves mucho o vives en una zona donde el 5G no está completamente desplegado, podrías estar utilizando una tecnología que no puedes aprovechar al máximo. En estos casos, el 4G es más práctico y eficiente para tu situación actual.
El coste de la tecnología
A día de hoy, el 5G no es sólo cosa de móviles carísimos. Ya están saliendo al mercado teléfonos más baratos que soportan esta tecnología, y las tarifas también se están ajustando poco a poco. Aunque sí es cierto que algunos móviles con 5G aún tienen un precio más alto que los 4G, las compañías como Orange, Movistar y Vodafone están moviéndose para ofrecer opciones más competitivas.
Si te planteas cambiar de móvil sólo para aprovechar el 5G, te diría que te lo pienses un poco. A veces, el gasto extra no vale la pena si no necesitas realmente esas velocidades ultrarrápidas. Para el uso diario, el 4G sigue siendo más que suficiente y, además, es más barato.
Yo, por ejemplo, tengo un Xiaomi Redmi Note 13 Pro 5G, pero la verdad es que no le saco provecho porque en mi ciudad ni siquiera hay cobertura. Para lo que hago a diario, me funciona igual que un 4G. Ahora, si tú eres un gamer empedernido, trabajas con archivos pesados y además tienes cobertura 5G en tu ciudad, puede que te merezca la pena invertir en uno.
Y, para que te hagas una idea de cómo van las tarifas en España, aquí te va un resumen rápido: Vodafone tiene planes que van desde 15 hasta 30 euros al mes; Movistar se mueve entre 17 y 37 euros al mes; y Orange tiene opciones desde 15 euros hasta 40 euros al mes. Con esta información, puedes comparar y ver qué te conviene más.
¿Qué nos depara el futuro?
A medida que avanzamos hacia el futuro, es probable que el 5G se convierta en la tecnología predominante, y el 4G pase a ser una tecnología más antigua. Las aplicaciones emergentes, como la conducción autónoma y las ciudades inteligentes, podrían beneficiarse enormemente de las capacidades del 5G. Pero, por ahora, el 4G sigue siendo una opción perfectamente válida para la mayoría de las personas.
Si estás pensando en actualizarte al 5G, considera tus necesidades reales y el entorno en el que te encuentras. Si tu conexión actual es suficiente y no te interesan los usos más avanzados del 5G, entonces no necesitas cambiar de inmediato.
¿Es necesario el 5G en 2024? Estas son mis conclusiones
Ahora bien, si después de todo este análisis aún te preguntas si realmente es necesario el 5G en 2024, te lo diré claro: desde mi punto de vista, no es imprescindible. A menos que realmente necesites la velocidad y la capacidad que ofrece, puede que no sea una necesidad urgente.
En mi caso, cuando miro los beneficios del 5G, me pregunto si realmente lo voy a aprovechar a diario. Si sólo uso mi móvil para cosas básicas, como navegar por internet o usar redes sociales, el 4G me ha funcionado bien hasta ahora.
Claro, el 5G es impresionante y promete mucho, pero también viene con una pequeña trampa: la cobertura. Recuerda que aún no está tan extendida como se podría esperar. Si estás contento con tu conexión actual y no ves una necesidad urgente, lo más sensato sería esperar un poco y ver cómo evoluciona la tecnología y sus precios.
