La noticia de que Google y Verizon trataban de llegar a un acuerdo para que la operadora diera prioridad a los contenidos de la compañía hizo saltar las alarmas. Ambas lo han desmentido, pero con matices que arrojan dudas sobre la «honestidad» de sus intenciones. Se trata de hacer una excepción en el floreciente negocio de los servicios de Internet para el móvil.
La información apareció en The New York Times. El rotativo aseguró que se basaba en «fuentes cercanas» a la negociación. De haberse alcanzado un trato y ser cierto lo que ahora niegan las dos empresas, se trataría de que los datos transmitidos por Google fueran ofrecidos antes que los de otros sitios. Algo que sí se pretende materializar como decimos en los servicios móviles.
Después de lo sucedido, el concepto de neutralidad de la Red se encuentra en el punto de mira. Un valor que tanto entidades de gran calado, como la Federal Communications Commision (FCC) norteamericana e internautas de todo el mundo han tratado de preservar frente a la voracidad de las grandes empresas del sector. En España vivimos de cerca un ejemplo de dicha voracidad, cuando el director de Telefónica César Alierta se lamentó de que los buscadores utilizaran sus redes sin «pagarles nada», lo que dejaba abierta la posibilidad de imponer nuevas tasas a marcas como Google que absorben gran parte del tráfico en Internet. La neutralidad de la Red defiende que la información que viaja por Internet sea tratada sin que se beneficie ningún bit, provenga de donde provenga. Se cimenta en la igualdad y en la ausencia de discriminación. De este modo, cualquiera puede montar un negocio o servicio en Internet en teórica igualdad de condiciones. Porque tiene la misma prioridad de tráfico un vídeo de YouTube que cualquier otra web desconocida o recién llegada. La tubería por la que viajan los datos no discrimina ni beneficia a nadie.
No hay que confundirse con abonar tarifas diferentes por un mayor ancho de banda, porque una cosa son las tuberías y otra los contenidos generados por las compañías. En su comparecencia ante los medios, Erich Schmidt de Google e Ivan Seidenberg, de Verizon afirmaron, por una parte, «sólo gracias a la igualdad de todos los participantes, Internet pudo lograr en el pasado el éxito que tiene». Pero también señalaron que «los servicios on line» adicionales eran una excepción. Y aquí es donde algunos les acusan de crear lagunas legales que amenazan el equilibrio de la Red y a Google en concreto de haberse pasado al lado oscuro.
Ahora que se han comenzado a abrir nuevos caminos, con unas perspectivas no muy halagí¼eñas, la pelota está en el tejado de los gobiernos y organismos públicos. Esperemos que antenpongan el derecho fundamental de los ciudadanos a acceder a Internet en lugar de primar los intereses de unos pocos.