El nuevo sistema operativo de Microsoft para móviles no le ha salido precisamente barato a la compañía de Redmond. Tanto es así, que en los últimos días se ha conocido una noticia escalofriante acerca de lo que ha costado el lanzamiento de Windows Phone 7 a Microsoft. Según se especula en los medios, la compañía de Steve Ballmer habría invertido la friolera de one billion dollars, o lo que es lo mismo, 1.000 millones de dólares en lanzar, desarrollar y promocionar dicho sistema operativo.
En efecto, la cifra no corresponde únicamente al desarrollo del programa en sí, que también habrá costado lo suyo, sino que también contempla las acciones de marketing y publicidad, ciertamente ineludibles en los tiempos de competencia que corren. Según se ha explicado en algunos medios, Microsoft ha gastado 600 millones en el desarrollo y la fabricación del sistema, dejando 400 millones restantes para las acciones promocionales. Les convendrá tener éxito.
Con tan magna cifra, Microsoft juega todas las cartas para acceder a un mercado copado por Android, Apple o Blackberry. No hay que olvidar, sin embargo, que en primer trimestre de este año, la compañía de Redmond ingresó la cifra de 13.500 millones de dólares y que la capitalización bursátil actual corresponde 205.260 millones de dólares. En realidad, lo más importante que Microsoft se está jugando, incluso por encima del dinero, es su capacidad por dar a conocer un sistema operativo competente, hábil para hacer sombra a la mismísima Apple o al exitoso Android.