Aunque los últimos modelos de Android ofrecen una excelente aplicación para la cámara de fotos, hay ocasiones en que el sensor en sí no acompaña. Y en modelos que llevan más tiempo en el mercado, esta situación se hace aún más llamativa. Es por ello que desde TUEXPERTOMOVIL vamos a hacer un repaso a las aplicaciones más interesantes para mejorar las prestaciones de tu cámara que puedes descargarte desde la Android Market.
Comenzaremos con Camera 360. En la tienda de aplicaciones encontrarás tres versiones de esta utilidad. Una será una versión gratuita, con lo que ya imaginas que se tratará de una edición con limitaciones; la versión completa, o Pro, costará poco menos de tres euros. Y por último, un plugin gratuito a la aplicación, llamado Ghost Pack, añadirá más opciones preeditadas a Camera 360 para hacer fotos con efectos fantasmales. Veamos porqué este Camera 360 puede resultar tan interesante.
Para empezar, Camera 360 incluye una función que no todos los Androids equipan para la aplicación nativa a la cámara: el estabilizador de imagen. Consiste en un área que se marca en pantalla como objetivo (tocando el panel, ni más ni menos), para que en caso de que se nos mueva un poco el móvil al hacer la fotografía, algo inevitable, el resultado no quede borroso.
El gran atractivo de este Camera 360 está en la biblioteca de efectos, que logran multiplicar las posibilidades creativas de la cámara. La mayoría de estos efectos están compuestos por filtros programados por defectos que, por supuesto, podremos editar si nos tomamos un ratito en ello. También dispone de opciones de mejora de imagen basadas en HDR, con hasta tres presets para elegir la que más nos guste.
Asimismo, tendremos otras posibilidades que servirán para mejorar el resultado en situaciones de luz poco favorables, ya sea por falta de lumonisidad en la escena o por exceso de ella (aquí está el punto más útil de Camera 360).
Tampoco le faltan los típicos escenarios y añadidos gráficos que le dan humor a las capturas, así como los menús clásicos de edición que permiten configurar puntos concretos del comportamiento del sensor, como el tiempo de exposición, el balance de blancos o la resolución final de la imagen.
