Hace unos días nos hacíamos eco de una serie de cambios en la Android Market, y que los desarrolladores serían los primeros en notarlo. Esos cambios empiezan a hacerse ver. Concretamente, en algo que hasta ahora no conocíamos en la tienda de aplicaciones de los móviles con sistema operativo de Google: la clasificación por edades.
Los desarrolladores tendrán ahora que atender a un nuevo criterio a la hora de clasificar tus aplicaciones. Así lo dice la nueva política de publicación de Android, que no sólo se refiere a las creaciones que se vayan subiendo a la Market a partir de ahora, sino que también obligará a los desarrolladores de clasificar las aplicaciones que hubiesen puesto ya en descarga en la tienda. En el caso de que no lo hagan, las aplicaciones que queden por clasificar serán asignadas a la categoría de “adultos”, el estado más restrictivo de las cuatro etiquetas posibles.
De este modo, en cuanto la clasificación se haga efectiva para los usuarios de la Android Market, veremos que las aplicaciones se organizarán en cuatro niveles: para todos los públicos, preadolescente, adolescente y adultos. No obstante, esta medida parece más un requerimiento formal que un verdadero sesgo de cara a proteger a los usuarios más jóvenes.
Y decimos esto porque por el momento no se ha anunciado si los usuarios con edades por debajo de lo requerido tendrán limitaciones para descargar aplicaciones no autorizadas, y de tenerlas, tampoco se sabe qué medidas pondrá en marcha Google para impedirlo.
Ya hay críticas entre los desarrolladores al respecto de esta nueva política, señalando que va en contra del espíritu de plataforma abierta de Android. No obstante, parece que no son pocas las críticas que la libertad de descarga de aplicaciones en la Market suscita entre los padres de los usuarios más jóvenes.
Y es que hasta no hace mucho, Android era una plataforma que centraba su público objetivo en un segmento joven-adulto, que con la popularización del sistema operativo (y de los móviles en que se instala) ha pasado abrirse a un tipo de usuario que ha acabado por extenderse a ambos lados de esa barrera.