El mundo de las operadoras y los teléfonos móviles subvencionados está dando mucho que hablar. Desde hace algunos años, concretamente desde 2002, los clientes de las operadoras españolas tienen la posibilidad de cursar portabilidades. Es decir, de cambiar de operadora con la voluntad de obtener nuevos y más potentes terminales. En este sentido, tampoco cabe duda de que las operadoras están ofreciendo más ventajas a los usuarios que proceden de otras compañías que a sus propios clientes. Para comprobarlo, bastan con cotejar los catálogos de puntos y fijarse en los precios que finalmente debe acatar el cliente fiel para conseguir el móvil de sus sueños.
Hoy se ha sabido que son muchas las personas que se aprovechan de este contexto, para obtener mejores ofertas por parte de su operador actual. Y eso es completamente lícito. Tanto, que incluso lo avala la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), el mismo organismo que ha indicado que el 40% de portabilidades son canceladas después de que el cliente haya recibido una contraoferta de su propia operadora, alertada por la fuga de usuarios que quieren renovar su antiguo teléfono por un terminal mucho más avanzado y competente. En este sentido, hay que remarcar que son muchas las portabilidades que terminan fraguándose por cero euros, incluso para teléfonos móviles de última generación.
Los datos que ofrece la CMT son evidentes. Sólo un 60% de las portabilidades termina con éxito. Esto significa que el 40%, lo que equivaldría a unos 267.000 usuarios mensuales, tenía previsiones certeras de cambiar de compañía o de probar suerte y esperar a una oferta mejor por parte de su operadora. Aun así, las condiciones siguen siendo igualmente crudas para los pobres consumidores.
Las operadoras continúan ofreciendo tarifas de voz y de datos asociadas que el cliente tendrá que abonar religiosamente. La fidelización de clientes sigue poniéndose en entredicho, puesto que los propios usuarios de cada compañía tienen auténticos problemas para conseguir un teléfono móvil a buen precio. Las operadoras tienen que llevar a cabo la contraoferta, una opción que tampoco es desfavorable para las propias compañías. Qué va. Se llevan el 60% de clientes dispuestos a cambiar y terminan por quedarse con los usuarios que aceptan su nueva propuesta. El negocio del siglo.
Foto de: Anders Ademark
Mi experiencia:
Tengo un contrato de autónomo con Movistar, y en una de las 3 líneas contratadas, donde todavía me restaban 5 de los 24 meses de permanencia (tarifa de voz más 10+iva en datos),solicité renovación del contrato a cambio de un buen terminal, por la sencilla razón que el Omnia que Movistar me "dio" en su momento, estaba más que cansado de vivir.
Los teléfonos más o menos decentes me los empezaban a dar a partir de los 200 euros (contrato nuevo de voz y datos incluido).
¿Qué hice?
Tramité una portabilidad a Vodafone ipso facto, y el resultado fue el siguiente. Pese a que mis facturas no son abultadas (30 euros de media), no tardó en llegar la contraoferta de Movistar, Galaxy S por 0 euros, saldada la deuda de la permanencia (que rondaba los 50€/60€) y además un descuento del 20% en los primeros 6 meses del nuevo contrato.
Así que en mi guerra con Movistar sigo y seguiré perdiendo, pero al menos se ha hecho un poco de justicia.