La taiwanesa HTC echa el freno y recula en su declaraciones sobre el HTC Desire y la negativa a actualizarlo a Android 2.3 Gingerbread. Si bien ayer sorprendían a través de su perfil oficial de Facebook anunciando que los esfuerzos de los ingenieros por poner al día ese modelo para que funciones con la última versión del sistema de Google y la interfaz HTC Sense 3.0 habían deshecho las aspiraciones de una pronta actualización, hoy cambian de dirección.
Y es quea través de la misma vía la empresa sale a corregir lo que ya se expuso, llamando a la calma a los usuarios del HTC Desire, así como a los que estaban pensando en hacerse con este teléfono móvil. El mensaje ha sido tan sencillo como explícito y claro: «Contrariamente a lo que dijimos ayer vamos a actualizar Desire a Gingerbread».
De este modo, desde HTC borran de un plumazo las caras de disgusto y sorpresa que se cincelaron en quienes veían con desagrado las excusas que el fabricante asiático había usado como argumentos ayer para bloquear el sistema de actualizaciones oficiales de la plataforma de Google en el HTC Desire.
Tal y como te contamos, la compañía se hizo eco de las reacciones de los ingenieros de la firma, quienes habrían aludido a las prestaciones del terminal como causa para dejar el HTC Desire en Android 2.2 FroYo.
Al parecer, para el correcto funcionamiento de HTC Sense 3.0 (la aplaudida interfaz de la casa para Android) sobre Gingerbread, los 567 MB de memoria RAM y el procesador Qualcomm de un GHz no habrían sido suficientes para que todo fuera conforme a los estándares de calidad de la empresa.
Y ello a pesar de que el HTC Wildfire S (que sí lleva HTC Sense 3.0 y Android 2.3 Gingerbread) ofrece unas prestaciones de menor potencia. En cualquier caso, todas estas especulaciones pasan a un segundo plano después de que HTC haya confirmado la llegada de Android 2.3 Gingerbread al HTC Desire que, sin embargo, aún no tiene fecha.