Toda jugada en el tablero de ajedrez deja escaques vacíos. En el caso del sorprendente movimiento de Google y la compra de Motorola, ha sido Microsoft la que ha dejado al descubierto su estrategia, anterior al que ayer se hizo público desde Googleplex; anterior y, de hecho determinante.
Y es que según se ha podido conocer a través del medio norteamericano GigaOM, los de Redmond rondaron en un primer momento a Motorola Mobility (empresa resultante de la separación de la división dedicada a redes e infraestructuras).
Microsoft, no obstante, no estaba interesada en el área de fabricación de terminales de Motorola. Por contra, su objetivo eran las miles de patentes que están en propiedad de la compañía de teléfonos. Precisamente, la posibilidad de que peligrara el futuro de la producción de dispositivos fue lo que determinó la negativa por parte de los accionistas en la operación de venta.
Ante la posibilidad de que Microsoft rearmara su tropas con una nueva propuesta a Motorola, desde Mountain View agilizaron una ofensiva prácticamente irreprochable: una oferta formal que incluía una prima de más del 60 por ciento por encima del valor de las acciones del fabricante de móviles en Bolsa. A partir de aquí, el resto es historia. O historia reciente, mejor dicho.
En cualquier caso, la jugada podría haber contado con la ayuda de la propia Motorola para que resultase interesante para la propia compañía. Y es que hace unos días, el consejero delegado de la firma norteamericana, Sanjay Jha, expresaba su interés en trabajar con Microsoft a través de una fórmula similar a la que tanta tinta ha arrojado en lo que llevamos de año al respecto de la alianza de Redmond con Nokia. Así se sabe a través de unas declaraciones recogidas la semana pasada en el medio digital Slash Gear.
Muy probablemente, ese dejarse querer por parte de Jha habría insuflado prisas en los Mountain View, dando como resultado la oferta in extremis que ha acabado convirtiéndose en la noticia del verano para el sector.