A la norteamericana Apple podría salirle un buen chichón por el golpe que el boomerang le ha dado en la cabeza, al regresar inesperadamente después de haber sido arrojado. Y hablamos de un chichón realmente considerable. La historia comienza en mayo de 2010, cuando la multinacional con sede en Cupertino denunció a un pequeño fabricante chino de monitores, Proview Technology, en los juzgados de Shenzhen por uso no autorizado de la marca iPad.
Según parece, la firma asiática estaba comercializando productos con el nombre de la por entonces recien presentada tableta de Apple, algo que no sentó muy bien a los chicos de la firma estadounidense. Y ya se sabe: lo que puede arreglarse a golpe jucidial no requiere de más diplomacia que la que se guarda en el maletín de los abogados de una y otra parte.
No obstante, el tiro le ha salido por la culata a los de Cupertino. A través de Reuters hemos sabido que la corte de Shenzhen ha rechazado las peticiones de Apple, que buscaba impedir el uso de la marca iPad por parte de Proview. Según la exposición del tribunal, Proview Technology tiene registrado el nombre de iPad desde el año 2000, de modo que Apple no puede sino observar atónico cómo este pequeño fabricante se beneficia de toda la publicidad gratuita que los de Cupertino le hacen a su marca.
Pero ahí no acaba la cosa. En un febril alarde de entusiasmo, y quizás inspirado por las avaras estrategias judiciales de la propia Apple, Proview estudia solicitar una compensación por el uso de su marca iPad a la multinacional californiana. Y la petición no es moco de pavo: nada menos que 1,12 mil millones de euros, al cambio actual, es la contraprestación que desde la compañía china esperan obtener de Apple a causa del uso indebido del nombre con el que se conoce a la tableta más vendida y popular del mercado.
Ante esta situación, quién sabe si Apple habría tenido que hacer frente a la amenaza de un pleito milmillonario en caso de no haberle metido el ojo a Proview Technology, como suele hacer con la competencia. O dicho de otro modo: escupir al aire puede llegar a ser una práctica nada recomendable.