A medida que asciende la curva de prestaciones de la llamada generación smartphone, decae de una forma igualmente proporcional la que se refiere a la autonomía del nuevo dispositivo. Es la espada de Damocles de los móviles inteligentes, cuyas características avanzadas juegan en detrimento de la duración de su batería, basada en la para muchos obsoleta tecnología de iones de litio, que tocó techo antes de que empezasen a proliferar los móviles táctiles, conectados a Internet y cargados de funciones.
La californiana Apple es una de las que más lo aqueja. Y es que apesar de que terminales como el iPad hacen gala de uno de los mejores balances de autonomía en su segmento, no tiene la misma fama en lo que se refiere a los móviles: desde el iPhone de primera generación, los usuarios vienen señalando a la autonomía como el principal varapalo con el que se topan tras varios ciclos de carga del manzanófono. Y esta situación no ha hecho sino agravarse con las últimas ediciones del terminal.
Eso, sin embargo, podría tener visos de cambiar. A través de abc.es hemos sabido que Apple podría estar trabajando ya en la próxima generación de baterías de larga duración, basadas en tecnología de hidrógeno. Este sistema lleva años siendo investigado por los especialistas, aunque por el momento no se ha conseguido desarrollar un estándar que pueda resultar viable para su uso generalizado. La compañía de Cupertino, sin embargo, habría enfilado el buen camino, algo que habría quedado registrado en una patente presentada en los últimos días en Estados Unidos.
Los principales puntos fuertes de este revolucionario sistema estarían, cómo no, en su duración -capaz de prolongar su autonomía a lo largo de varias semanas sin necesidad de recarga- y su vocación sostenible -ya que estaría basado, fundamentalmente, en hidrógeno y oxígeno, es decir, agua-. Además, esta tecnología podría ser asumible por varios dispositivos, no sólo móviles, ampliándose su traslación a tabletas e, incluso, portátiles. Y por si fuese poco, este tipo de baterías serían mucho más ligeras.
Desde hace varios años, compañías como Nokia y LG, entre otras, vienen trabajando intensamente en la investigación de este tipo de tecnologías, aunque en ocasiones se han topado con la necesidad de recurrir a unidades de alimentación desechables -como las pilas, de toda la vida- que han sido vistas como muy poco atractivas de cara al uso generalizado en los hábitos de los futuros usuarios.
Sin embargo, en los últimos meses se han realizado pruebas satisfactorias con tecnologías fijas que, además, han arrojado excelentes resultados, ofreciendo un balance de tiempos de recarga en relación a horas de autonomía que barre a los sistemas vigentes.
Se espera incluso que 2012 pueda ser el año de la transición de la tecnología de iones de litio a la del hidrógeno, visto que los últimos dispositivos presentados por los fabricantes requieren de unidades de alimentación con cargas que llegan a doblar en miliamperios a las baterías de los dispositivos de gama alta que se comercializaron durante 2010. Ante esto, habría quien se dejase llevar por el optimismo y pensar que el iPhone 5 podría estrenar esta tecnología como parte de sus atractivos. No obstante, resulta improbable, aunque siempre queda lugar para la sorpresa.
Imágenes: Más que iPhone y Gizmodo
Sinceramente, le doy una credibilidad justita, justita a esas baterías mágicas. No las veremos en 2012. Mis motivos están recogidos aquí: http://goo.gl/ZwciC