Mucho tendrían que torcerse las cosas para que el próximo miércoles, 12 de septiembre, Apple no presentara su nuevo iPhone 5. Esa es la fecha por la que apuestan los principales medios norteamericanos, que habrían obtenido el dato a través de fuentes ligadas a la multinacional de Cupertino, la cual oficialmente no se ha pronunciado al respecto, como tampoco lo ha hecho en lo tocante al dato que hemos conocido a través del sitio iMoore.
Desde esta web sostienen que, según han podido conocer a partir de una información procedente de fuentes anónimas de Apple, la compañía habría dispuesto un calendario de reservas que se abrirá a la finalización de la presentación del iPhone 5. Es decir, que el mismo 12 de septiembre se daría el pistoletazo de salida a las reservas del dispositivo, con vistas a una primera oleada de ventas que tendría lugar el 21 de septiembre ””al menos, en los que vienen siendo desde hace años los mercados inagurales en los lanzamientos de la firma, es decir, Estados Unidos, Reino Unido, Francia o Japón.
Siendo así, se quedaría patente la urgencia de Apple a la hora de echar a pelear su iPhone 5 con el resto de móviles de primera línea que actualmente pueblan el mercado, así como con los que están por llegar. En este sentido, la surcoreana Samsung habría dispuesto a dos de los púgiles de referencia: el laureado y exitoso Samsung Galaxy S3 y el por el momento inédito aunque inminente Samsung Galaxy Note 2.
La posibilidad de que el iPhone 5 entre en el programa de reservas de Apple desde el momento mismo de su presentación buscaría el golpe de efecto que la compañía necesita para cubrir de confianza la posterior trayectoria del terminal en el mercado en un momento en que las ventas de móviles inteligentes gozan de mejor salud que nunca.
Las prestaciones que hasta ahora se han dilucidado en el iPhone 5 configuran, al menos en el plano oficioso, un terminal muy interesante y competitivo, representando además el mayor avance en lo técnico que se ha visto en la familia de terminales desde hace un par de años. Tendríamos, para empezar, un dispositivo con la pantalla de mayor tamaño desde que en 2007 se diera a conocer la primera edición del teléfono. Hablamos de un panel de cuatro pulgadas ””3,99 pulgadas, para ser exactos”” con resolución de 1.136 x 640 píxeles, conservándose los valores de la llamada pantalla Retina, que se define en el caso del iPhone por una densidad de 326 puntos por pulgada.
Nos encontraríamos, asimismo, con un procesador de muy veloz basado en arquitectura de cuatro núcleos. El diseño optaría por la robustez de componentes metálicos y un grosor notablemente reducido ””se habla de un perfil de entre 7,6 y 7,9 milímetros. Las cámaras ganarían en calidad, aunque se desconoce si ampliarían su resolución efectiva.
Otra de las novedades es la introducción del estándar nanoSIM a la hora de emplear una tarjeta de identificación de la línea de operador. También se habla de la posibilidad de que el iPhone 5 sea compatible con redes móviles de cuarta generación LTE, así como de la presencia de un chip de comunicación por proximidad NFC.
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