Los procesadores móviles están llegando a una rendimiento que hace años era inimaginable. Samsung acostumbra a desarrollar sus propios procesadores y suele conseguir un muy buen rendimiento. Este rendimiento podría mejorar todavía más con la próxima generación de su procesador móvil Exynos. Según algunas filtraciones, la compañía coreana podría estar probando ya los nuevos procesadores que montarán, presumiblemente, los modelos del año que viene. El Exynos 8895, posible nombre del nuevo procesador, podría llegar a alcanzar nada menos que 4 GHz de velocidad. Pero, ¿cómo conseguirá Samsung alcanzar esa gran velocidad?.
La compañía coreana parece ser que está trabajando ya en la próxima generación de su procesador móvil Exynos. El procesador que presumiblemente montarán los próximos Samsung Galaxy S8 y Samsung Galaxy Note 8 podría traer importantes novedades. Y es que, según algunas filtraciones, la compañía podría fabricar el nuevo procesador con tecnología de 10 nanómetros, frente a los 14nm que se utilizan en los procesadores actuales, como el Exynos 8890 que montan el Samsung Galaxy S7 y el Samsung Galaxy Note 7.
¿Qué significa que el procesador se fabrique con un proceso de 10 nm? Que el Exynos 8895 debería conseguir un importante aumento de rendimiento y, sobre todo, una caída drástica del consumo energético del procesador. Según los primeros informes, siguiendo este proceso de fabricación, los procesadores podrían alcanzar una velocidad máxima de hasta 4 GHz. Esto supone un aumento de un 30% sobre los 3 GHz de máxima que puede alcanzar el actual Exynos 8890. Hablamos de velocidades máximas teóricas, ya que debemos tener en cuenta que el fabricante siempre dejará un margen importante para proteger el procesador. Por ejemplo, el Exynos 8890 que montan el Samsung Galaxy S7 y el Samsung Galaxy Note 7 funciona a una velocidad de 2,3 GHz.
Como podemos ver, el paso a un proceso de fabricación en 10nm podría suponer un salto bastante importante en cuanto a velocidad de procesado. Sin embargo, falta por saber cómo solucionará la compañía coreana uno de los grandes dolores de cabeza de los procesadores actuales: el sobrecalentamiento. Qualcomm ha tenido serios problemas para producir sus chips Snapdragon más potentes debido al calentamiento de los mismos, así como a su consumo energético. Sin embargo, la compañía estadounidense también podría tener varias novedades preparadas para el año que viene. Algunos rumores aseguran que el próximo Snapdragon 830 podría estar fabricado también en 10nm, además de estrenar la arquitectura Kryo 200. Esta nueva configuración permitirá una mayor eficiencia y más potencia bruta. El nuevo chipset llegaría con una evolución de la memoria RAM, pasando a LPDDR4X, y la evolución del procesador gráfico, pasando a un Adreno 540. Este aumento de potencia permitiría, entre otras cosas, grabación de vídeo con resolución 4K a 60 fps.
En definitiva, parece que el año que viene tendremos una nueva e interesante evolución en los procesadores que montan los smartphones más punteros. Habrá que esperar para ver de qué son capaces.