El último gran producto de Apple, el gigante californiano, ya está aquí, el iPhone 7. Pero ¿Cómo ha sido la evolución de este dispositivo, que revolucionó en su momento la telefonía como la conocemos? Vamos a repasar brevemente su historia:
iPhone
El primero de todos, casi un prototipo, un experimento. Fue presentado en junio de 2007 como un dispositivo totalmente novedoso al tener un tamaño grande para la época (3,5 pulgadas) y especialmente por tener una pantalla completamente táctil. Nos ofrecía un sistema operativo actualizable, el iOS, que podía personalizarse descargando apps de su tienda virtual, la App Store. Además, una reproducción de audio excelente, herencia de su producto estrella hasta entonces, el iPod, acompañada de una tienda virtual vía Wi-Fi, iTunes Store, que nos permitía comprar canciones y descargarlas directamente en nuestro dispositivo.
En lo referente a las características técnicas, el primer iPhone llevaba 128 MB de memoria RAM con un procesador de un único núcleo. La cámara trasera (no había delantera) era de 2 megapíxeles, y el disco duro empezó siendo de 4 GB, aunque luego se amplió a dos modelos de 8 y 16 GB.
iPhone 3G
Un año después, en 2008, llega el iPhone 3G. Este fue el primero en comercializarse en España, y tenía característica más importante, ya lo dice el nombre, la inclusión de la conexión 3G, algo que el anterior modelo no poseía, además de un chip GPS. El diseño se mantenía prácticamente igual, con pequeñas variaciones inapreciables, aunque este modelo ofrecía la posibilidad de adquirir el producto en negro o en blanco. La parte técnica era un calco del modelo anterior, cámara, procesador y RAM, y en el disco duro se estableció la triada de 8, 16 y 32 GB, que duraría unos cuantos años.
iPhone 3GS
Manteniendo constancia, en 2009 se presentaba el 3GS, una S que supuestamente viene de «speed» (velocidad) aunque nunca ha habido una confirmación oficial desde Cupertino. El concepto era sencillo: se mantenía la apariencia externa pero se mejoraba sensiblemente el interior del producto. En este caso, la cámara aumentaba a 3 megapíxeles (ofreciendo la posibilidad de grabar en vídeo), la memoria RAM subía a 256 MB y el procesador pasaba de 400 a 600 MHz, lo que supuso un importante cambio en velocidad y rendimiento. Esta práctica de ofrecer una versión S un año después de cada cambio de generación se mantiene hasta nuestros días.
iPhone 4
Y con el iPhone 4 llegó el cambio. Era 2010 y la gran manzana se lanzaba a rediseñar su joya de la corona por primera vez. Las redondeces desaparecen y el producto se hace más cuadrado. El plástico deja paso al cristal. Eso sí, el tamaño de la pantalla se mantiene, 3,5 pulgadas, aunque la resolución sube a 960 x 640 píxeles en una pantalla Retina.
En el interior, también varios cambios: 5 megapíxeles de cámara trasera con flash y que permite grabar vídeos en HD y, por primera vez, una cámara delantera. El procesador subía a 1GHz (por primera vez chip propio, el Apple A4) y la memoria RAM a 512 MB. Aparecía la app de vídeollamada conocida como Facetime y se mantenía el control por voz ya incluido en el 3Gs. Disponible en blanco y negro, fue el primer dispositivo en incorporar la tarjeta microSIM.
iPhone 4S
Como ya comentábamos anteriormente, la estrategia de la S (¿vendría de ahí la S?) se cumplió como una profecía en 2011 al aparecer el iPhone 4s. La misma carcasa (excepto unas líneas en el borde, que son la única forma de diferenciarlos desde fuera) con novedades en el interior: chip Apple A5 y duplica los núcleos del procesador, aunque la memoria RAM se mantiene, 512 MB; la cámara trasera sube a 5 megapíxeles y a la familia de los 8, 16 y 32 GB se suma un hermano mayor, el terminal de 64 GB.
iPhone 5
Allá por 2012 la competencia ya se había espabilado y empezaba a ofrecer pantallas más grandes y acabados más ligeros, que tenían bastante éxito entre los consumidores. Apple no pasó esto por alto a la hora de presentar la quinta generación de su buque insignia: se vuelve al aluminio como material de la carcasa, y la pantalla Retina pasa de 3,5 a 4 pulgadas. El chip es un Apple A6 y la velocidad aumenta a 1,3 GHz, manteniendo eso sí los dos núcleos. La cámara trasera es ya de 8 megapíxeles (otro aspecto en que la competencia empezaba a presionar) y la delantera de 1,2 megapíxeles (y además puede grabar en HD). La tecnología de conexión 4G se incorpora como novedad. El modelo de 8 GB desaparecía para siempre, quedándose únicamente los modelos de 16, 32 y 64 GB.
iPhone 5S y 5C
En 2013, Apple presentaba por primera vez dos modelos en lugar de uno: la inevitable versión S de su iPhone 5, y la «versión low cost», el iPhone 5c. El primero, el iPhone 5S, aunque mantenía la misma pantalla, 4 pulgadas, en una carcasa similar, rompía el combo blanco/negro para introducir tres colores: gris espacial, oro y plata. En las «tripas», algunas mejorías: Se introducía la tarjeta nanoSIM y el sensor de huellas dactilares; La cámara, aún manteniendo los 8 megapíxeles, incluía autofocus y un flash doble de LED, que mejoraba su rendimiento notablemente, y puede grabar vídeos en Full HD (1080p); el procesador es un Apple A7, manteniendo el doble núcleo, así como la memoria RAM.
Por otro lado, el hermano pequeño del 5S era básicamente una repetición del iPhone 5 con una carcasa trasera de policarbonato disponible en varios colores, que se ofrecía a un precio más asequible que el iPhone 5S, recuperando el modelo de 8 GB, ya que esto hacía que ese modelo fuera aún más barato. La propuesta no fue un gran éxito, ya que el model C no se ha repetido en posteriores lanzamientos.
iPhone 6 y 6 Plus
La tercera metamorfosis del iPhone llegó en 2014 con su iPhone 6 y su versión «Phablet», el iPhone 6 Plus. En el primer modelo, el tamaño de la pantalla aumentaba considerablemente, de 4 a 4,7 pulgadas y las formas se redondeaban, el peso se reducía y los bordes se hacían (aún) más finos. ¿Qué mantiene? Los tres colores, la nanoSIM, los 8 megapíxeles de la cámara trasera (aunque el sensor mejora sensiblemente), el Giga de RAM. ¿Qué es lo que varía entonces? El procesador pasa a ser un A8 a 1,4 GHz, mucho más veloz, el sensor de foto permite reconocimiento facial y ráfagas. Además, desaparece el modelo de 32 GB de capacidad en pro de uno de 128 GB.
La versión Plus del iPhone 6 ofrecía, aparte del evidente aumento de tamaño de la pantalla (5,5 pulgadas) una batería de 2915 mAh que permitía soportar el gasto de una pantalla tan grande. El estabilizador mecánico para la grabación en vídeo es otra mejoría que sólo se podía encontrar en la versión Plus. En el resto, ambos modelos compartían características.
iPhone 6S y 6S Plus
En 2015 llegaba una vez más la versión mejorada del iPhone, repitiendo el modelo Plus como alternativa. Esta vez la carcasa es calcada a la del iPhone 6 (igual en el caso del Plus), y es en el interior donde encontramos las perlas: el esperado salto a los 2 GB de RAM en un procesador A9 a 1,84 GHz, tecnología 3D Touch, que permite establecer niveles de presión en la pantalla a la hora de seleccionar apps, una cámara trasera de 12 megapíxeles que graba vídeos a 4K y una cámara delantera de 5 megapíxeles con flash propio. Incluye, a sus conocidos gris espacial, oro y plata, un nuevo color, el oro rosa.
iPhone SE
A mediados de 2106, rompiendo con su inercia de lanzar productos en septiembre, llega el iPhone SE, una propuesta que mezcla una carcasa del iPhone 5S con las mismas características internas que un iPhone 6S, convirtiéndolo en un dispositivo muy potente. Se rumorea que es un producto pensado especialmente para el mercado chino, donde se valora más el tamaño pequeño.
iPhone 7 y 7 Plus
Finalmente, llegamos al iPhone 7. El último de los productos de Apple viene cargado de novedades, presionado por la competencia de dispositivos como el Galaxy S7 o el Huawei P9. Los tamaños se mantienen en ambos casos, pero casi todo lo demás varía: el procesador pasa a ser un A10 de cuatro núcleos, es resistente al agua, la cámara trasera incorpora un estabilizador óptico de imagen y una apertura de hasta f/1.8, con un autofocus más rápido y un flash compuesto de cuatro LEDs, mientras que la delantera sube hasta 7 megapíxeles; desaparece el mini jack para abogar por la conectividad inalámbrica y dejando hueco para altavoces estéreo; desaparece el modelo de 64 GB para ser sustituido por un modelo de 256 GB, siendo la progresión 32, 128 y 256. Como guinda, se introduce el color negro mate y el negro brillante, que sustituye al gris espacial, y se mantienen los colores oro, oro rosa y plata.
Como vemos, ha sido un auténtico viaje desde 2007 hasta casi 10 años después. La gran pregunta es, ¿hasta dónde podemos seguir mejorando? ¿Cómo serán los móviles del futuro? Habrá que esperar para verlo, pero muy poco, visto lo visto.