Están siendo unos meses duros para la empresa coreana Samsung, y esta semana ha sido la más difícil, con final trágico. Tras dedicar el mes de septiembre a lidiar con su primera crisis con las baterías de su entonces nuevo buque insignia, el fenomenal Galaxy Note 7, con un programa de recuperación y sustitución global de terminales, el mes de octubre parecía pintaba bastante bien: las unidades defectuosas se estaban devolviendo y sustituyendo por otras nuevas. La gran esperanza de Samsung volvía al mercado, pero la alegría sólo duró unos días, ya que nuevos casos de baterías sobrecalentadas se sucedieron en teléfonos que habían sido reemplazados. Vídeos virales en espacios públicos lo atestiguaron, y noticias como que un vuelo de Southwest Airlines tuvo que ser evacuado o que un usuario de Kentucky tuvo que ser hospitalizado por inhalar humo tóxico, dieron otro cariz al asunto: ya no eran casos aislados, y ya no eran incidentes inofensivos. La respuesta de Samsung, tras un día en vilo, ha sido contundente: la fabricación del Galaxy Note 7 se detiene, sus ventas canceladas y se pide a los usuarios que apaguen sus dispositivos ya comprados y procedan a devolverlos o cambiarlos por otro terminal, a elección del usuario.
Samsung reacciona
Esta segunda serie de incidentes, afectando a la seguridad de los usuarios, ha sido el detonante para la difícil decisión de Samsung, quien ha visto cómo en cuestión de días su valor en bolsa ha descendido un 8%, suponiendo unas pérdidas de 17 .000 millones de dólares. La marca Galaxy Note 7 ya tiene la cruz puesta, y la sombra de la duda no iba a desaparecer jamás. Es más inteligente que Samsung acepte la situación, asuma costes (todavía sin calcular, pero sin duda elevados) y se ponga manos a la obra con otro dispositivo que haga olvidar este mal sabor de boca, como el futuro Galaxy S8, previsto para febrero (si no hay cambios de estrategia en el último momento). Desde Samsung se insiste en que el problema sólo se concentra en las unidades de Galaxy Note 7, ningún otro modelo, y el hecho de que no haya casos entre ningún otro teléfono Samsung respalda su declaración, obviamente dirigida a evitar que un efecto en cadena de pánico pueda empeorar la situación.
El proceso de retirada
El proceso nunca llegó a afectar a España más que en casos puntuales de preventas o compras importadas, pero lo cierto es que el producto no se ha llegado a tener que recuperar en nuestro país, donde no estaba todavía a la venta. Pero en EEUU o en países de Asia, el proceso de recogida será largo: se calcula que se devolverán o cambiarán hasta 2,5 millones de unidades del Galaxy Note 7 en el transcurso del mes de octubre. Se da así carpetazo severo a una página negra de la historia de Samsung, de la que deseamos que salga pronto para ofrecernos teléfonos de la calidad de este ya definitivamente cancelado Galaxy Note 7. Febrero está más cerca de lo que parece.
[Actualización 14:48] Samsung España acaba de emitir un breve comunicado al respecto en el que indica que “para garantizar la seguridad de nuestros consumidores hemos parado las ventas y los reemplazos de Samsung Galaxy Note 7 y, consecuentemente, hemos decidido parar la producción permanentemente”.