HTC Sensation, hemos probado el móvil más potente de HTC

El HTC Sensation es la apuesta de la taiwanesa HTC para liderar el catálogo de móviles táctiles de la firma desde lo más alto. Se trata de uno de los dos móviles más potentes que hoy dí­a se pueden encontrar en las tiendas (el otro es el Samsung Galaxy S II). A su favor, tiene un procesador de doble núcleo con una velocidad de 1,2 GHz, así­ un GB de memoria RAM. La pantalla es de 4,3 pulgadas, e incluye una cámara con resolución máxima de ocho megapí­xeles para fotos y de alta definición 1080p para ví­deos. Además, le acompaña un doble flash LED.

En su contra, al igual que la mayorí­a de los móviles de la firma, el HTC Sensation no se toma ninguna preocupación por ser un teléfono ligero ni esbelto. Más bien, todo lo contrario. Su peso, de casi 150 gramos, se nota. Y mucho. Sobre todo si lo comparamos con parte de su competencia directa (véase el propio Samsung Galaxy S II, y ni hablemos del liviano LG Optimus Black). No obstante, este peso le confiere mucha robustez, algo en lo que tiene mucho que ver su carcasa de aluminio, muy sólida. Pero veamos con más detenimiento qué impresión nos ha causado este potente HTC Sensation.

Lo primero que destaca del HTC Sensation es, precisamente, la sensación que deja en la mano. Es pesado y muy grande, aunque se acopla bien al cogerlo, gracias a un diseño redondeado que, a su modo, parece rescatar las lí­neas del iPhone 3G. El arranque del teléfono es muy rápido, y como otros móviles de HTC, permite que rescatemos la configuración inicial desde otro móvil a través de Bluetooth. Una vez que empezamos a funcionar con el HTC Sensation, lo siguiente que nos seduce es la interfaz, o el aspecto de los iconos en las pantallas, que la firma taiwanesa ha bautizado como HTC Sense 3.0.

La interfaz HTC Sense 3.0 es muy buena, y mejora si cabe la experiencia de versiones anteriores. No sólo por la gran calidad de todo lo que se ve en pantalla (gracias a una resolución de 960 x 540 pí­xeles), sino por el trabajado sistema de animaciones de la interfaz circular. Todas las ventanas flotantes (widgets) tienen un aspecto impecable, y si rotamos el menú muy poco a poco, incluso podemos ver el efecto 3D de los distintos elementos al retirarse por los laterales. Por supuesto, todos los widgets que instalemos a partir de aplicaciones participan en este efecto tridimensional, que además funciona de forma muy fluí­da (ahí­ se nota la magia del doble núcleo).

Al igual que en versiones anteriores, HTC Sense 3.0 ofrece unas opciones de personalización muy amplias, dándonos la posibilidad de trabajar el aspecto del escritorio como más nos convenga a partir de varias opciones predeterminadas. Y no sólo a través de las siete pantallas principales de la interfaz circular, sino también desde la pantalla de bloqueo, que se puede configurar de forma autónoma.

Si pasamos a echar un vistazo a algunas de sus prestaciones, la sensación es bastante buena. La cámara responde a lo esperado, y las fotos que captura con su lienzo máximo de ocho megapí­xeles resultan de lo más efectivas. No obstante, tanto en este modo como en la opción de ví­deo, sigue fallando en el talón de Aquiles de esta tecnologí­a: el sensor. A menos que tengamos unas buenas condiciones de luz, las imágenes obtenidas no serán tan buenas como en otros dispositivos (como el Nokia N8 y su lente Carl Zeiss). El flash LED dual podrá hacernos el apaño, pero de nada servirán los ocho megapí­xeles en esas situaciones.

En el ví­deo, además, nos topamos con el hecho de que la calidad FullHD máxima se refiere a un barrido vertical, pero no multiplica realmente la nitidez de las imágenes, que si las observamos con detenimiento, comprobaremos que no gozan de la definición que se le espera a una cámara HD en su más alto rango. De nuevo, la lente es la culpable. No obstante, el resultado es de lo mejorcito que se puede conseguir con la cámara de un móvil, y a falta del ansiado estabilizador de imagen, los 30 cuadros por segundo con los que graba el HTC Sensation dejan un buen sabor de boca al usuario.

Por otro lado, cuando se trata de usar las opciones de red, el navegador es el principal protagonista. El HTC Sensation instala Android 2.3 Gingerbread de serie, y su navegador responde a las mil maravillas, tanto en velocidad de carga como en fluidez, algo que notaremos especialmente cuando se trate de visionar contenidos flash online. No obstante, cuando vayamos a escribir las direcciones web, así­ como cuando redactemos mensajes, emails y demás contenidos con texto, nos toparemos con uno de los puntos flojos del HTC Sensation: el teclado. Y es que pesar de tener una pantalla tan amplia, la experiencia de redacción de textos no resulta tan cómoda como con otros terminales táctiles. En este sentido, conviene que instalemos alguno sistema como Swype para mejorar el uso del teclado.

En cuanto a la autonomí­a, resulta sorprendente que tratándose de un dual-core y llevando una pantalla tan amplia, arroje un balance tan positivo. Y es que dándole un uso intensivo con la conexión 3G y la función de llamada como principales protagonistas, el HTC Sensation soporta una jornada entera entre carga y carga. De hecho, si se le da un uso razonable sin someterlo a duras pruebas, podrí­amos tener el HTC Sensation funcionando un par de dí­as, siempre y cuando lo tengamos a carga máxima.

Para terminar este pequeño repaso a lo más interesante que da de sí­ el HTC Sensation, podrí­amos cerrar con el gran protagonista del teléfono táctil: la pantalla. El HTC Sensation lleva un panel Super LCD que tiene en su nivel de brillo la espada de Damocles del terminal. Por un lado, favorece a la amplia autonomí­a de baterí­a que registra el aparato. Sin embargo, a nivel de luminosidad y de viveza de color se queda muy por detrás de su homólogo, el Samsung Galaxy S II. Y desde luego, los usuarios de pantallas Super AMOLED notarán la diferencia.