En los últimos dos años hemos asistido a una notable proliferación en la preocupación de la surcoreana Samsung por las funciones inteligentes aplicadas a móviles y tabletas. Los Samsung Galaxy S3, Galaxy S4, Note 2 y Note 3 han sido los principales estandartes de una filosofía que pasa por hacer que el músculo técnico de los dispositivos esté justificado en lo que se pueda hacer con él. En este contexto, la compañía presentó a principios de año Samsung Knox, una solución con la que enfatizar la faceta corporativa de sus terminales más destacados.
Samsung Knox es, más que una aplicación, un entorno de seguridad que ya está disponible en algunos equipos de la compañía. En concreto, en aquellos Samsung Galaxy Note 3, Samsung Galaxy Note 2, Samsung Galaxy S4 y Samsung Galaxy S3 que hayan superado con éxito el proceso de actualización de sistema a la versión Android 4.3 Jelly Bean. Si es nuestro caso, podremos acceder a sus funciones, entendidas en cierto modo como una capa que se superpone a la capa con la que usamos normalmente Android.
Con esta capa, Samsung Knox blinda todos los contenidos que se trabajan sobre ella, de manera que serían inaccesibles fuera del entorno Knox. Y hablamos de entorno porque esta función viene a funcionar como un escritorio secundario ””o más bien, paralelo”” al que normalmente usaríamos en nuestro smartphone. Por poner un ejemplo, si estamos usando Samsung Knox y realizamos una fotografía, el archivo de imagen sólo podría ser consultado desde dicho entorno. Aquellos que intenten buscarlo usando los menús habituales de Android no podrían dar con él, quedando oculto y encriptado bajo los dominios de Samsung Knox.
En este sentido, las opciones de Samsung Knox como herramienta de seguridad se orientan especialmente al mercado empresarial. Con una sesión abierta en Knox podríamos realizar llamadas, enviar correos electrónicos o visitar páginas web sin dejar rastro en el dispositivo. Sólo abriendo esa sesión en Samsung Knox sería posible echar un vistazo a la actividad del usuario, pero para ello tendría que disponer de los permisos de seguridad necesarios, que resultan estar especialmente protegidos gracias a los recursos de esta función.
Lo mismo ocurriría con las aplicaciones. Si descargásemos utilidades adicionales para nuestro móvil equipado con Samsung Knox en una sesión abierta en este entorno, los programas que se instalen sólo estarían disponibles dentro del mismo. De nuevo, tratar de dar con las aplicaciones en la capa estándar de Android en el teléfono ””nos referimos a la interfaz TouchWiz, habitual en los móviles de Samsung”” sería inútil, ya que dichas apps estarían alojadas en un contenedor de utilidades destinado a tal efecto.
Así, en la práctica, Samsung Knox funciona como un escritorio dual, donde uno de ellos está diseñado para bloquear todos los contenidos y la actividad que se desarrolle en él, tanto en la salida como en la entrada de datos. Es un sistema que otros fabricantes, como BlackBerry, ya han explorado. No obstante, en el caso de la propuesta de la surcoreana, la idea puede ser extrapolable para un tipo de público que no sea necesariamente de corte corporativo.