Un grupo de investigadores, con John Goodenough a la cabeza, ha desarrollado una batería de estado sólido (frente a las actuales con líquido) que se caracteriza por ofrecer soporte de carga rápida y una capacidad hasta tres veces superior que las baterías convencionales. Goodenough, de 94 años de edad, fue el co-inventor de las baterías de ión de litio. Su equipo de la Cockrell School of Engineering ha publicado unos resultados que son revolucionarios en este campo.
Según las pruebas realizadas, estas baterías cuentan con una densidad de carga tres veces superior a las baterías de siempre. Ofrecen más de 1.200 ciclos de carga con baja resistencia por parte de las células. Además pueden trabajar a diferentes temperaturas, desde -20 °C a 60 °C. Este nuevo desarrollo supone un hito para la industria. No solo para la telefonía en general, también para el sector de los coches eléctricos.
Las baterías producidas como prototipos están basadas en celdas de estado sólido con electrolitos de cristal. Esto permite el uso de sodio o potasio en lugar de litio en el ánodo. ¿Qué quiere decir todo esto? Según el estudio, estos materiales solucionarán los inconvenientes que plantea el soporte de la carga rápida. Además permitirán reducir el coste de producción de las baterías. Para la co-líder del estudio, Maria Helena Braga, «los electrolitos de cristal permiten sustituir de manera económica el litio por sodio. El sodio se extrae del agua de mar, por lo que está ampliamente disponible».
El investigador John Goodenough va aún más allá y en su opinión el precio, la seguridad, las tasas de carga y descarga o los ciclos de vida son críticos para que los coches basados en baterías se puedan aprovechar de forma masiva. Goodenough cree que este descubrimiento solucionará muchos de los problemas que actualmente existen en las baterías de hoy en día.