Vodafone España no pasa por sus mejores momentos. La operadora está sufriendo en sus propias carnes la guerra de tarifas, en la que las low cost tienen un papel dominante. Así lo demuestran sus últimos resultados del tercer trimestre de su año fiscal, correspondientes desde el 1 de octubre al 31 de diciembre de 2018. Vodafone cayó un 7,4% en relación con el mismo periodo del año anterior, sumando unos ingresos de casi 1.200 millones de euros.
Asimismo, los ingresos por servicios disminuyeron un 7,4%, frente al 7,2% del trimestre anterior, alcanzando los 1.055 millones de euros. Se trata, por tanto, de los peores resultados del conjunto de filiales de la compañía. En lo que respecta al número de clientes de contrato de telefonía móvil de Vodafone en España, también hay malas noticias para la operadora. Estos descendieron en 94.000 en el trimestre, terminando diciembre con 11,5 millones.
A su vez, el conjunto de la cartera de clientes de banda ancha fija bajó en 6.000 en estos tres meses, quedándose en 3,2 millones. No obstante, la fibra que ofrece Vodafone España, uno de sus puntos fuertes, supera por primera vez los 2,8 millones de clientes. A 31 de diciembre, la red de fibra de la teleco llegó a más de 22 millones de hogares, 10 de los cuales corresponden a red propia. En lo que respecta a la televisión también hay buenas noticias. El número de Clientes de Vodafone TV subió hasta los 13.000 en el tercer trimestre del año fiscal, cerrando 2018 con 1,28 millones.
Para intentar estabilizarse y competir más de cara con sus principales rivales y las low cost del sector, Vodafone España ha puesto en marcha una dura reorganización. A principios de mes anunció un nuevo ERE que ha afectado a unos 1.200 trabajadores, o lo que es lo mismo, al 25% de su plantilla. Según los últimos datos, la operadora habría ofrecido unas condiciones de entrada para la negociación de 32 días/año con máximo de 20 mensualidades, así como prejubilaciones para los mayores de 56 años con diez años de antigüedad, que se marcharían de la compañía con un 80% de su salario fijo más 50% del variable. Los despidos se producirían entre marzo y junio.
