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Mientras esperamos a la rueda de prensa que se dará hoy para explicar el estado de solución al problema de las antenas, se sabido que el error que deja sin cobertura a zurdos y usuarios que «no cogen bien» el iPhone 4 fue anunciado antes de su lanzamiento por un ingeniero de la propia Apple. Rubén Caballero, el responsable de la crí­tica interna al diseño del iPhone 4, advirtió en repetidas ocasiones de lo incoveniente de la nueva propuesta estética del manzanófono, una apreciación que fue ignorada por el mismo Steve Jobs.

Según Caballero, la ubicación de las antenas en un único punto y pegadas al borde de metal del iPhone 4 podrí­a suponer un serio revés para la eficacia en la recepción de la señal. No obstante, no sólo se hicieron oí­dos sordos a este hecho, sino que además la magia del márketing durante la presentación del iPhone 4 destacó que el nuevo, y porqué no decirlo, espectacular, diseño del teléfono mejorarí­a además la cobertura de voz y datos del terminal. A la vista está que Jobs dio con su gozo en un pozo al subrayar aquella aseveración.

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Pero ahí­ no queda la cosa. Si bien Rubén Caballero fue el hereje que desde dentro de la compañí­a de Cupertino advirtió del fiasco que podí­a suponer el diseño del nuevo iPhone 4, no menos cómplices son algunas de las empresas que pudieron probar el teléfono antes de distribuirlo. Según se ha sabido, hubo operadoras que realizaron test con el iPhone 4 para ver qué comportamiento tení­a en sus redes. Los resultados se revelaron como negativos, informaron de aquella situación a Apple y ésta no movió ficha para paralizar la producción hasta solucionar el problema: la agenda de la compañí­a parecí­a dictar el ritmo, aunque aquello fuese en detrimento del consumidor.

Por el momento, el iPhone 4 ha vendido casi dos millones de unidades, aunque de este montante hay que considerar las numerosas devoluciones que se están llevando a cabo en los cinco paí­ses donde se está comercializando el teléfono. Se rumorea que el lanzamiento en su segunda oleada en 18 paí­ses (entre ellos, España) se ha visto retrasado, por estar buscándose de una solución a la errática recepción de señal del iPhone 4. Y para colmo, la inmaculada imagen de marca (principal valor del iPhone 4, más allá de su diseño y prestaciones) se ha visto seriamente dañada, hasta el punto de ser la causa de una devaluación de la propia Apple.

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