Parece que el camino hasta el 26 Febrero de 2017, en pleno Mobile World Congress, va a ser largo y ruidoso, pues hasta su presentación ese día, el goteo de noticias y rumores sobre el Samsung Galaxy S8 está siendo incesante. La última afirma que el próximo móvil bandera de Samsung podría funcionar con una pantalla sensible a la presión, con tecnología Force Touch. Esta tecnología ya la hemos visto aplicada en el iPhone 6S de Apple, y se repite también en su iPhone 7, aunque en su caso la llamaron 3D Touch. Esta tecnología abre un nuevo campo al explorar las posibilidades de la propia pantalla en contacto con el dedo del usuario. Dependiendo del nivel de presión, se podrá abrir menús y opciones dentro de una aplicación, o incluso abrir distintas aplicaciones. De esta manera, la pantalla adquiere una dimensión distinta hasta ahora, al contar no sólo con la dimensión física de la misma, sino una nueva dimensión «hacia dentro«, por decirlo así. Por ahora, ningún teléfono Samsung ha contado con esta tecnología, con lo que el Galaxy S8, de contar con ella, sería pionero.
Problemas con desarrolladores
Pese a la utilidad potencial de esta funcionalidad, lo cierto es que la experiencia con Apple y su 3D Touch no ha sido todo lo satisfactoria que se esperaba. No se contaba con la dificultad de convencer a los desarrolladores para que incluyeran esa tecnología en sus aplicaciones, y así su puesta en práctica tardó en llegar al propio teléfono de Apple. Hoy día, sigue sin ser ni la característica favorita de los usuarios ni una de las más usadas. Tal vez si Samsung la adquiriera para sus teléfonos, eso cambiaría la forma de ver de los desarrolladores, ya que se enfrentarían a un mercado potencial más grande, pudiendo hacerles cambiar de parecer. Por todo ello, aunque de confirmarse sería una gran noticia, tenemos que recibirla con contención, pues no conocemos su grado de aplicación todavía.
A la cola de rumores
Este último rumor se une a una lista extensa (y todavía estamos a noviembre) de rumores sobre el teléfono que podría levantar a Samsung tras el mal trago del Galaxy Note 7. Se está hablando de un dispositivo de 5,5 pulgadas de pantalla curva (también se contempla una segunda versión de 5,1), con lo que se abandonaría la versión Edge. Esta pantalla contaría con tecnología OLED y resolución 4K, además de una protección Corning Gorilla Glass 5. De procesador, un Snapdragon de ocho núcleos a 3 GHz de velocidad y 6 GB de memoria RAM. Una cámara trasera de 30 megapíxeles y una delantera de 9, con una batería de 4200 mAh y carga rápida. Además, funcionaría con Android 7.0 Nougat y tendría su propio asistente de Inteligencia Artificial (se apunta a que podría llamarse Bixby). El añadido del Force Touch a la lista no hace sino confirmar que, con que sólo se cumplan algunas de estas características, ya estaríamos hablando de un smartphone monumental. Sólo nos queda esperar al próximo rumor, y seguir haciendo bola.