La empresa coreana Samsung ha anunciado su nuevo compromiso con la calidad de las baterías y realizará pruebas muy exigentes a sus equipos. El objetivo es garantizar la seguridad de sus terminales y llevar las baterías a condiciones límite como parte de los tests antes de la salida de los productos al mercado.
Nuevas medidas de seguridad para las baterías de Samsung
Tras los problemas que causaron los terminales Samsung Galaxy Note 7, la compañía coreana decidió detener la venta y retirar los teléfonos del mercado. Ahora, el objetivo principal es evitar que un caso así se vuelva a repetir.
Para ello, Samsung ha desarrollado un nuevo protocolo de revisiones de seguridad para sus baterías. El proceso se compone de ocho pasos con los que se analizará la calidad de todos los detalles de la batería: componentes, ensamblaje y envío.
Además de evitar problemas para sus propios terminales, Samsung espera crear tendencia y que otras marcas comiencen también a aplicar pruebas similares para sus teléfonos.
Con el tiempo, por tanto, podría mejorar notablemente la seguridad y la calidad de todas las baterías de iones de litio del mercado.
Una prueba en ocho pasos para garantizar la seguridad de las baterías
El nuevo proceso de verificación se compone de ocho pasos en los que se comprueban distintos detalles para verificar el estado de las baterías:
- Test de resistencia y durabilidad. En esta fase se comprueba la capacidad de las baterías para aguantar condiciones especiales como sobrecarga o temperaturas extremas.
- Inspección visual. Los trabajadores especializados de Samsung analizarán en persona cada una de las baterías siguiendo los criterios de calidad. De este modo, se descartarán automáticamente las que presenten cualquier tipo de fallo o defecto visible.
- Análisis con rayos X. Gracias a los rayos X, los trabajadores podrán ver también el interior de las baterías para detectar cualquier defecto o elemento dañado.
- Tests de carga y descarga: se verifica el comportamiento de las baterías tras numerosos ciclos de carga y descarga.
- Pruebas de calidad de los componentes volátiles. En esta fase se comprueba que no haya ningún riesgo de daño por la fuga de los componentes volátiles de la batería.
- Test de desmontaje, en el que se abren las baterías para comprobar de nuevo su calidad.
- Pruebas de uso: se realizan tests para comprobar el funcionamiento de la batería durante un uso intensivo, imitando el comportamiento del usuario final.
- Comprobación de componentes y ensamblaje. En esta última verificación se repasan todos los componentes de la batería y los procesos que siguen para el ensamblaje y su envío antes de su incorporación en los teléfonos.
Otras medidas de seguridad
Además de las mejoras en los tests de resistencia, según el proceso en ocho pasos que hemos mencionado, Samsung también introducirá otros cambios para garantizar la seguridad.
Por una parte, mejorará también los protocolos de seguridad y de calidad para todo el proceso de fabricación de los teléfonos. Con sus nuevos estándares se revisarán todos los detalles, desde el diseño de los móviles hasta el software.
Por otra parte, la compañía coreana recurrirá a un grupo de asesoramiento de expertos en baterías para garantizar la innovación y la seguridad en los terminales.