La crisis y la competencia obligan a retroceder a la firma taiwanesa HTC. Esa es la lectura que se extrae del reciente anuncio de la compañía, que ha revisado sus previsiones de ventas para el cuarto trimestre del año, anotando unas perspectivas de negocio un 23 por ciento más bajas de lo que habían proyectado inicialmente.
Este viraje en los planes de la empresa con sede en Taoyuan tiene otra lectura, quizás un tanto más rotunda: este retroceso en las previsiones de venta supone un crecimiento cero en las cuentas de HTC, que cerraría el año presentando unos resultados en ingresos tremendamente próximos a los de 2010 (representados en 3.400 millones de dólares, o lo que es lo mismo, poco más de 2.500 millones de euros, al cambio actual).
Según conocemos a través de Bloomberg, la analista de la consultora Yuanta Securities, Bonnie Chang, habría localizado la causa de este estancamiento en dos ejes fundamentales: «el hecho de que en HTC carezcan de la habilidad para el diseño y el marketing de Samsung, y el rechazo de la compañía a desarrollar terminales asequibles para el mercado Chino».
Precisamente, esta última aseveración tiene mucho que ver con lo que el consejero delegado de la firma taiwanesa, Peter Chou, apuntó el pasado 7 de noviembre acerca de retomar una estrategia que pase por desarrollar esfuerzos comerciales en mercados emergentes, precisamente como sería en el caso de China, pero también en regiones de Latinoamérica e Indonesia.
Tal es la situación en la compañía, que este freno en los planes de crecimiento se ha cobrado una primera víctima en la estrategia de HTC: la compra de la compañía S3 Graphics. Y es que además de no cuadrarse la caja en base de las previsiones descritas, la reciente sentencia favorable a la californiana Apple en una causa relacionada con el uso de patentes ha caído como un jarrazo de agua fría en las aspiraciones de HTC, que se ha visto obligada a congelar la adquisición de la citada empresa.