Cupertino traga saliva. Al menos, así cabe pensar después de saberse que en las cadenas de montaje del iPhone esperan una caída del 20 por ciento en la llegada de suministros para la fabricación del teléfono de Apple. Es una información que ha desvelado la consultora Wedge Partners, que atribuye a la presión ejercida por los competidores de la compañía californiana las razones que habrían empujado a la firma a bajar las revoluciones de producción. De este modo, Apple reduciría sus previsiones de distribución durante el segundo semestre, acuciado por la densidad que este año se ha generado en el segmento de teléfonos de gama alta. Visto así, la labor ejercida por Samsung, HTC, Sony, Nokia y otros mostraría sus efectos en los planes de la multinacional norteamericana, cuya política de evitar mirar a los competidores ””excepto para calzar demandas por patentes”” habría sido ya explícitamente jubilada.
Desde Wedge Partners apuntan a una más que patente reordenación en los planes de venta del iPhone, exponiendo que si bien esperaban que se comercializasen entre 115 y 120 millones de unidades de los modelos disponibles del popular teléfono táctil, tras analizar cómo está comportándose el mercado ante la atractiva ””y muy completa”” oferta de smartphones de alta gama habrían concluído que lo más sensato es prever unas ventas de entre 90 y 100 millones de dispositivos. Que tampoco está nada mal, dicho sea de paso.
La clave, según expone la citada casa de análisis de mercado, estaría en el modelo que Apple lanzara para el territorio chino, basándose en redes TD-SCDMA, dado que el volumen de clientes que podrían hacerse con dicha versión catapultaría las cuota de mercado del iPhone. No es casualidad, de hecho, que Nokia y Samsung hayan prestado una especial atención a este respecto, de modo que tratan de colocar ediciones de sus equipos de referencia compatibles con dicha conectividad esperando idénticos resultados.
Las previsiones anticipadas por Wedge Partners vienen a rubricar que algo está cambiando en Apple. Tras la muerte de Steve Jobs se han ido sucediendo los indicios que apuntan hacia un giro en las políticas de la compañía, y que han venido refrendándose con ciertas decisiones ejecutivas, como los lanzamientos del iPad mini y el iPhone 5, dispositivos que rompieron con los dictámenes del fundador de la compañía a razón de la presencia de pantallas que éste afirmó que nunca se verían en un equipo de Apple. La presentación de una nueva versión del sistema operativo de la casa para terminales móviles, iOS 7 en este caso, insiste en esta idea, con un rediseño mucho más minimalista y próximo sin tapujos a detalles gráficos sospechosamente parecidos a Windows Phone, incorporando además diversos recursos que les resultarán muy familiares a los usuarios de Android.
La culminación de este viraje podría materializarse tras el verano, cuando Apple presente el nuevo iPhone, o acaso una nueva familia de manzanófonos. Desde hace meses, viene proyectándose la sombra de un modelo del iPhone destinado al mercado de gama media, y no son pocas las filtraciones que hasta el momento se disponen de un terminal con un diseño parecido al del Nokia Lumia 820, presumiendo de carcasas de colores. También se atribuye a la agenda de lanzamientos de Apple un nuevo iPhone con pantalla de 4,5 pulgadas, lo cual dejaría claro que los de Cupertino admiten la necesidad de ponerse a la altura de los argumentos de su competencia.