Según el diario asiático The Nikkei hemos podido saber que Apple planea reducir su producción de iPhone 7 para el año que viene. Al menos durante el primer trimestre, su producción se reducirá un 10%. ¿La razón de esto? Teóricamente se estaría realizando un ajuste de stock aprendiendo de la experiencia del año pasado, en el que los de Cupertino se encontraron con exceso de producto almacenado tras lanzar el iPhone 6S. Teniendo eso en cuenta, ya se realizó una reducción en la producción inicial del iPhone 7 en un 20%, pero un avance más lento de lo esperado en las ventas les ha obligado a recortar otro 10% más para garantizar un equilibrio de stock en 2017. En total, un 30% menos de producción, algo que definitivamente activará las alarmas de Tim Cook y compañía.
Buenos resultados navideños
Pese a que estos recortes de producción se realizarían tanto en el iPhone 7 como el iPhone 7 Plus, es éste segundo modelo el que ha funcionado mejor en ventas, principalmente debido al gancho de la cámara dual. Irónicamente, la escasez de sensores dobles ha acabado generando en muchos casos incapacidad para satisfacer la demanda. Otro dato aparentemente contradictorio es que el iPhone ha tenido muy buenos resultados estas navidades, superando las ventas del Galaxy S7 . Sin embargo, parece que estos resultados puntuales no pueden esconder una ralentización general de las ventas en el producto estrella de Apple. De hecho, la marca no ha hecho públicos los datos sobre sus ventas globales del iPhone 7, una actitud inusual hasta ahora en una empresa que siempre ha tenido unos buenos datos de los que alardear. Mala señal.
El futuro inmediato de Apple
Está claro que las cosas han cambiado mucho en el mercado de la telefonía en los últimos dos años. La entrada de una nueva generación de empresas, como Huawei, ZTE o Xiaomi han cambiado muchas de las reglas del juego del sector. Apple hace tiempo que dejó de tener la innovación por bandera, y desde el iPhone 6 no ha hecho más que adaptarse a tendencias ya creadas. Sus últimas aportaciones más importantes han sido el 3D Touch y la eliminación del puerto de audio. A la primera herramienta todavía no se le ha encontrado auténtica utilidad y la segunda todavía está siendo sometida a intenso debate entre los propios consumidores.
Sin embargo, la competencia ha ido avanzando en propuestas populares, mostrándonos las cámaras dobles, las pantallas curvas, los móviles resistentes al agua y al polvo y más recientemente los terminales con un ratio de pantalla del 90%. Todas esas tendencias han tenido muy buena aceptación entre el público, y Apple las ha ido adaptando en sus nuevos teléfonos. Actualmente, la expectación para el nuevo iPhone nos parece mucho menor que la del Galaxy S8 o los nuevos terminales de Huawei y Xiaomi.
La salvaguarda de Apple es iOS, su sistema operativo optimizado, pero puede que sólo eso no sea suficiente para frenar el avance de una nueva generación de smartphones con un diseños atractivos, prestaciones de última generación y precios más accesibles que los de Apple. Tal vez ahora, a las puertas de un nuevo año, estén en el mejor momento para plantear un cambio de estrategia.