Ya han pasado unos días desde que se presentaron los nuevos Samsung Galaxy Mega, el siguiente peldaño en la escala ascendente de la firma surcoreana en lo que se refiere a los teléfonos móviles de gran formato. Para abrir esta familia, la compañía mostró dos modelos, con sendos paneles de 5,8 y 6,3 pulgadas. Con esto, propone un par de formatos que superan al ya de por sí amplio Samsung Galaxy Note 2, que con sus 5,5 pulgadas de pantalla proponía un sagaz acercamiento al formato que en otros dispositivos identificamos con la tableta.
Desde que la surcoreana abrió el melón de los smartphones de generosas proporciones con el primer Samsung Galaxy Note, allá por septiembre de 2011, hemos asistido a un curioso fenómeno que no las tenía todas consigo para triunfar. Pese a ello, Samsung se llevó el gato al agua. Para confirmar esto, basta recordar cualquier paseo por los pasillos del pasado Mobile World Congress 2013. Entonces comprobábamos in situ que la tendencia de los fabricantes apuntaba precisamente a la integración de algún dispositivo que coqueteara con las cinco pulgadas como estándar para sus gama alta. Algunos, incluso, proponía jaque en tamaño con terminales que se entendiesen como un golpe en la mesa ””recordemos el Huawei Ascend Mate y sus 6,1 pulgadas””.
Los tabletófonos ””o phablets, o tabléfonos”” han llegado para quedarse. La familia Galaxy Note, en su categoría de móviles, así lo demuestra. Samsung ha registrado ventas millonarias con esta gama, y el resto de firmas quieren aprovechar la estela de la surcoreana para nutrir sus arcas siguiendo el ejemplo. No obstante, cabe preguntarse si los usuarios están realmente interesados en hacerse con terminal que linde con las seis pulgadas o si hay factores que hacen especialmente atractiva esta propuesta en este momento.
La presentación de los Samsung Galaxy Mega 5,8 y Samsung Galaxy Mega 6,3 se produjo bajo el paraguas de una premisa básica: estos equipos son cómodos y caben perfectamente en el bolsillo. Quizás no en todos los bolsillos, ciertos. Pero el modo en que se equilibran las proporciones de estos equipos permite que no haya, en líneas generales, mucha diferencia entre llevar un Galaxy Note y uno de los nuevos Galaxy Mega. Aún es más: incluso si somos usuarios del Sony Xperia Z o rondamos la idea de hacernos con el inminente Samsung Galaxy S4, aunque sobre el papel las diferencias de tamaño son más que patentes, en proporciones las diferencias no son tan distantes a la hora de transportar o usar el dispositivo.
En contrapartida, los equipos de pantallas con generosos tamaños brinda una serie de posibilidades que muchos usuarios verán con buenos ojos. Quienes sean especialmente dados a usar el teléfono como plataforma de ocio ””para videojuegos, ver vídeos online o almacenados en memoria, leer libros electrónicos, etc”” comprobarán cómo la propuesta de estos Samsung Galaxy Mega se estima como muy apropiada. Y todavía más si coincide con que no se dispone de una tableta. Como terminal intermedio, uno de estos Samsung Galaxy Mega podría entenderse como la propuesta que se encuentra, como concepto, al otro lado de la nueva gama de tabletas que permiten desarrollar funciones propias de un teléfono móvil ””como los Samsung Galaxy Note 8.0 o el Asus FonePad””.
Por supuesto, no ha de entenderse con esto que cualquier tipo de usuario podría llegar estar interesado en esta nueva hornada de móviles de gran formato. La propuesta se limita a desplegar sobre el mercado, cada vez con mayor especificidad, distintas categorías de terminales que ayuden a distintos tipos de clientes a identificarse con cada dispositivo en función de sus necesidades. En este sentido, la llegada de los Samsung Galaxy Mega no debería verse como una rémora para la proliferación de teléfonos con formatos más compactos, sino como un acicate para que la oferta de smartphones resulte cada vez más completa y pormenorizada, algo que, en última instancia, repercutirá positivamente en el usuario final.
Tiene firma electrónica?