El 29 de marzo está a la vuelta de la esquina, el día de conocer el nuevo Samsung Galaxy S8 de primera mano. Sin embargo, hoy lo que queremos hacer es echar la vista atrás. En junio de 2010, comenzó una saga de teléfonos, los Galaxy S. Aquel primer dispositivo apuntaba maneras, pero todavía no se había convertido en el monstruo que sin duda será el Galaxy S8.
La evolución ha sido imparable, año tras año, pero todo tiene un comienzo. Sólo hace 7 años, y parece una auténtica eternidad, especialmente si comparamos los cambios tan gigantescos en hardware y software que el teléfono de Samsung ha vivido.
Tamaño
El Samsung Galaxy S nació como el teléfono que iba a desafiar al iPhone 4. Lanzado casi a la vez, el también conocido como Samsung i9000 ofrecía una pantalla de 4 pulgadas con 480 x 800 píxeles de resolución. Su panel super AMOLED todavía no se acercaba al HD, y llevaba protección Corning Gorilla Glass, la primera generación. Medía 9.9 mm de grosor y pesaba 119 gramos.
Siete años después, aquí estamos, esperando un Samsung Galaxy S8 que pretende llegar en dos modelos, de 5.8 y 6, 2 pulgadas, con una resolución de 1440 x 2960 píxeles, Quad HD. Se ha pasado de un 58% de ratio de pantalla a un 85%, lo que afecta a que el tamaño del teléfono no haya cambiado tanto. El Galaxy S8 es, de hecho, más fino (7,7 mm de grosor) y solo mide 20 milímetros más de alto que el Galaxy S.

El Galaxy S, con sus 512 MB de memoria RAM.
Potencia
En 2010, el Galaxy S se enorgullecía de ir equipado con un chip Hummingbird de un núcleo a 1 GHz de potencia. La memoria RAM era de 512 MB y funcionaba con Android 2.1. El almacenamiento oscilaba entre los 8 y los 16 GB, y era ampliable vía tarjeta microSD.
Comparando con lo que se espera del Samsung Galaxy S8, nos quedamos helados: un chip Snapdragon 835 con ocho núcleos a una velocidad máxima de 2,45 GHz, 4 GB de memoria RAM y un almacenamiento que oscila entre los 64 y los 128 GB.
Cámara
Cuando el Galaxy S salió a la venta, la cámara todavía era un accesorio menor de los teléfonos móviles. Las cámaras compactas estaban en pleno auge, y nadie pensaba que los smartphones les fueran comer terreno. Sin embargo, lo han hecho, y mucho. En 2010, el Galaxy S tenía una única cámara trasera de 5 megapíxeles. Sin flash, por supuesto. Eso sí, grababa vídeo a 720 píxeles.
En 2017, las cosas han cambiado mucho: las cámaras de los móviles son una auténtica amenaza a las cámaras personales, e incluso a algunas cámaras semiprofesionales. Samsung puso el listón muy alto con el Galaxy S7, pero pretende volver a a subirlo con el Galaxy S8. Se espera una cámara trasera de 12 megapíxeles con apertura f/1.7, auto HDR y vídeo en 4K. Delante, una cámara de 8 megapíxeles también con apertura f/1.7 y auto HDR. No es un cambio, ni un salto, es una auténtica transformación.

Antes y ahora: un vistazo al Samsung Galaxy S8.
Autonomía y conectividad
El Galaxy S llevaba una batería de 1.500 mAh, y ofrecía autonomía de hasta 13 horas, lo que para entonces se vio como algo muy reducido. Había que tener en cuenta que los teléfonos que no eran smartphone podían pasarse varios días encendidos sin problema. En cuanto a conexiones el Galaxy S, tenía Wi-Fi 802.11 b/g/n, Bluetooth 3.0, GPS y radio FM. ¿Para qué más?
En 2017, cuando una batería nos sobrepasa la jornada de autonomía, saltamos de alegría. Se espera que la batería del Samsung Galaxy S8 duplique la capacidad del Galaxy S, con 3.000 miliamperios. Su autonomía, sin embargo, será difícil que doble la del Galaxy S, aunque lo comprobaremos cuando lo tengamos a mano.
Por último, los sensores y las conexiones han pasado a convertirse en aspectos muy valorados por el público. Hablamos del lector de huellas, el escáner de iris, el acelerómetro, sensor de proximidad y de ritmo cardíaco. Nos encantan esas cosas.
Volviendo la visa al frente
Todo un mundo ha pasado desde que el Galaxy S apareció en nuestras vidas. Ahora, parece que viviremos un nuevo giro con la salida del Samsung Galaxy S8. Sólo tendremos que esperar unos días para poder verlo de cerca. Prometemos hacer una foto de familia cuando eso ocurra, junto al Galaxy S.